Empiezo a sentir cierta alergia por todos estos cargos designados a dedo para ocupar puestos de dirección en empresas públicas o incluso federaciones deportivas y cuando las cosas se les tuercen no se sienten responsables de nada en absoluto.
Ahí está el caso de José María Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo, que ante una situación tan grave como la derivada de la investigación de la operación galgo, en la que están imputados atletas supuestamente dopándose y traficando con sustancias prohibidas, declara que se siente una víctima.
Desconozco qué sabía o dejaba de saber Odriozola, pero un cargo como el presidente conlleva unas responsabilidades no menos altas. De la misma manera que hasta ayer se autoproclamaba pieza clave en la consecución de las medallas conseguidas por el atletismo español -váyase a saber cómo fueron conseguidas-, ahora como persona igualmente responsable y honesta debería dimitir de inmediato, bien por conocimiento o sospecha de lo que estaba pasando en el atletismo o por desconocimiento y absoluta pasividad.
Y hablando de personajes que con sus declaraciones huyen de la cruda realidad, me quedo con Alberto Surio, director general de EITB. ¿Qué se puede decir de este gurú de la gestión?
A todo gestor, dependiendo de a qué sector pertenece, se le mide en base a una serie de indicadores. Al director de una empresa fabricante de coches se le evaluará mejor o peor y se le responsabilizará, entre otros indicadores, por las ventas; al director general de Tráfico se le evaluará más o menos y se responsabilizará, entre otros indicadores, por el número de siniestros, accidentes en las carreteras, etc.
¿Cuál es el indicador por el que se miden a los directores generales de cadenas de radiotelevisión? Entre otros indicadores, el más importante es la audiencia. Y cuando Surio tomó las riendas de la Dirección de EITB, la audiencia de la televisión pública vasca estaba en un 14% y ahora apenas llega al 7%.
Y, aquí viene lo mejor, hace responsable de esta debacle al PNV, que no participa en ninguno de los órganos de Dirección de EITB. Y créame, a mí el PNV no me dicta qué canal de TV ver cuando me siento en el sofá de mi casa.