La Operación Galgo llevada a cabo estos días por temas de dopaje, y en la que aparece gente del mundo del atletismo, deportistas, médicos, técnicos, etcétera, acusados de tráfico de estupefacientes, da bastante vergüenza. Y sobre todo, la reincidencia de algunos de los acusados, practicantes de otros deportes, como por ejemplo, el ciclismo, es un nuevo varapalo para todos aquellos deportistas que ejercen una modalidad de forma sana. Una gran decepción.

Parece ser que esto del doping ya es una cosa normal y común y en estos deportes de alto nivel se aplica para conseguir grandes beneficios económicos y con el consentimiento de algunos que los practican con poca vergüenza. Y la Justicia, en mi opinión, debe castigar duramente a estos personajes que se han aprovechado de nuestros dineros para poder competir y que lo único que han hecho al final es dejar el pabellón español, en esta especialidad, como es el atletismo, a sus representantes, deportistas y adeptos en un auténtico ridículo. ¿Algún día se acabará todo este asunto?