Queridos Reyes Magos, Yo ya no soy un niño, pero tengo una hija de 6 años, y os quiero escribir en su nombre. Ella os quiere muchísimo y siempre recibe con ilusión todos los regalos que le traéis en vuestro día.
Lamentablemente, mi hija Garazi ha sufrido un terrible trauma ya que su madre y yo hace casi dos años que nos separamos, y aunque intenté por todos los medios a mi alcance que nuestra separación fuese por las buenas, o sea, de manera civilizada, no hubo manera de conseguirlo. Pasamos por la mediación familiar entonces existente en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, hasta que nos echaron etc. etc.
Por desgracia para nuestra hija, el Estado español es uno de los más atrasados en todo tipo de materias sociales, políticas y demás de la Unión Europea, y como es sabido, a diferencia de los estados más adelantados, en lugar de estar establecida la custodia compartida por ley, como sería lo lógico en un país que presume tanto de democracia, derechos humanos e igualdad, resulta que está totalmente prohibida, dejando en todo tipo de separaciones el veto a la mujer, con lo cual, si a una de las partes se le da todo, a la mujer en estos casos, ¿para qué va a intentarlo por las buenas? ¿para qué lo va a hacer de manera civilizada? ¿para qué va a negociar nada?. Como es lógico, no le interesa. ¿A quién le interesaría? Por ese motivo todos mis intentos fracasaron, y no sólo los míos, hay muchísimos más casos.
Por todo ello, tanto mi hija Garazi como millones de niños en el Estado español están sufriendo el terrorismo más atroz que se puede sufrir: el de matar a sus padres en vida, ya que nos prohíben por ley ejercer de padres. Separan a nuestros hijos de sus legítimos padres, crean terribles traumas muy difíciles de superar a millones de niños. ¿Hasta cuándo señores del PSOE?
A pesar de todo, queridos Reyes Magos, no quiero pediros compasión ni para mi hija ni para mí, ni siquiera para los millones de niños que sufren este terrorismo cuyo único responsable es el Gobierno de España.
Tan sólo quiero pediros que me ayudéis a encontrar a todos esos padres que están en la misma o quizás peor situación que yo, para que nos conozcamos, para que nos juntemos, para que nos organicemos y luchemos por nuestros hijos, para que desterremos de una vez por todas el atroz terrorismo que impulsa este gobierno contra nuestros queridos hijos.
Para ello se me ha ocurrido una idea que espero también sea de vuestro agrado: Cuando el día cinco de enero, bien entrada la noche, vayáis de casa en casa dejando vuestros preciados regalos, os pido que en cada casa que encontréis un caso similar al mío, dejéis una nota con mi nombre y apellidos acompañada de mi número de teléfono para que quienes estemos dispuestos a luchar por nuestros hijos, lo tengamos un poco más fácil.
Así, quizás, algún día nuestros hijos lleguen a ser tan felices como el resto de niños porque al igual que todos los niños de este mundo nuestros hijos también tienen derecho a ser felices. Si más que pediros por ahora, feliz Navidad queridos Reyes Magos.
Rikardo Gonzalez de Durana Alzola
Oreitia