HACE unos años la canción Follow the Leader nos puso a todos en danza. No voy a hacer una crítica musical, aunque si debo ser sincero, su estribillo pegadizo me ha venido a la cabeza mientras escribía estas líneas. Puede que sólo sea casualidad pero, desde hace unos meses, vengo escuchando en distintos foros ideas similares acerca de los factores que inciden en el conocimiento y en el uso de la lengua: que los procesos de revitalización de las lenguas necesitan líderes; que hacen falta personas o grupos referentes y, si son cercanos y famosos, mejor que mejor; que es primordial contar con una élite con la suficiente capacidad de incidir en el ámbito lingüístico; que es fundamental para la lengua vasca que los profesionales euskaldunes desarrollen su trabajo en euskera y de manera pública... Además, necesitamos que esos líderes con capacidad transformadora se hagan notar en las organizaciones, en la administración, en la sociedad, en el ámbito formal e informal, a nivel local o general.

Soy consciente de que no es un reto fácil. No tengo una respuesta clara, y dudo que alguien la tenga, a la siguiente pregunta: ¿quiénes son los referentes de la sociedad vasca? Vivimos en una sociedad plural, donde no existe un único modelo válido para todos y todas. Seguramente, alguien que pueda ser líder para mí, sea un auténtico desconocido para una persona castellanoparlante. Y dudo que entre las personas euskaldunes compartan los mismos referentes los habitantes de Vitoria-Gasteiz o de Zerain, porque la sociedad vasca está conformada por una extensa paleta de colores. Teniendo en consideración su actitud hacia las lenguas, ¿podemos considerar verdaderos líderes a las personas dedicadas al deporte, a la empresa, a la política o al espectáculo que aparecen en los medios de comunicación? ¿Son verdaderos modelos a seguir en cuanto al uso de las lenguas? Pero, ¿quiénes lo son? Reflexionemos un momento.

Queriendo vislumbrar un rayo de luz en este oscuro túnel he repasado varios Sociómetros elaborados por el Gobierno Vasco en julio de 2004 y en diciembre de 2006 con el fin de identificar referentes dentro de nuestra sociedad. Este tipo de estudios no son muy frecuentes y, además, es conveniente interpretarlos con mucha prudencia; ya que, influenciados por algún acontecimiento de moda, los resultados que muestran suelen ser representativos de un momento concreto. Otro dato a tener en cuenta es el hecho de que desde entonces no se ha realizado otro similar, por lo que no podemos determinar si las referencias de entonces permanecen en el tiempo.

Los datos del Sociómetro Vasco 25 de julio de 2004 revelan que entre los personajes públicos más admirados entre la ciudadanía de la CAPV el 86 % eran hombres, el 11 % mujeres y el 3 % restante grupos mixtos. Sin mencionar nombre alguno, la lista de las profesiones que representan es extensa. Una cuarta parte de la población señaló a una persona dedicada a la política; mientras que otra cuarta parte se decantó por músicos. A poca distancia se encuentran deportistas (19%) y actores y actrices o presentadores y presentadoras de televisión (14%). Completan la relación escritores/as (7%), religiosos/as (4%) y personas relacionadas con otro tipo de artes, que ejercen alguna labor humanitaria o relacionada con la problemática social, científicos y médicos (2%). Si nos fijamos en su procedencia, el 66% es nacido fuera de la CAPV.

Analicemos ahora el nivel de conocimiento del euskera que tienen estas personas referentes. Los datos del Sociómetro Vasco 25 reflejan que la mayoría no saben euskera; en Gipuzkoa, entre los elegidos, los que hablan euskera no superan la barrera del 26 %; en Bizkaia, el porcentaje no supera el 21% y, en Álava, la cifra baja hasta el 12%. Cuanta mayor es la edad de los y las encuestadas y menor el número de habitantes del municipio en que residen, el porcentaje de vascoparlantes elegidos como personaje más admirado es superior. En cambio, en las encuestas realizadas entre personas de mayor nivel de estudios, la tendencia es opuesta. Por otro lado, cuanto mayor es el nivel de conocimiento del euskera, los datos dejan bien a las claras que los vascoparlantes mencionan más referentes euskaldunes -el porcentaje asciende al 37%-; entre quienes saben un poco de euskera, un 19% elige referentes euskaldunes, y, por último, entre aquellos que no saben euskera, la cifra no supera el 11%. Por último, quienes se sienten predominantemente vascos/as eligen referentes vascófonos en mayor medida que quienes se sienten tanto vascos como españoles o predominantemente españoles.

Después de esta tempestad de datos, un poco de calma. Seguramente ya habéis realizado este ejercicio de pensar en vuestros referentes o personajes admirados en alguna ocasión, y puede que lo hayáis comentado en vuestros círculos. No dudo que la lista de nombres sea inagotable. La pervivencia de la lengua nos incumbe a todos y todas y es ahí donde cada uno de nosotros puede desempeñar la función de líder. Sin ir más lejos, en nuestro entorno más cercano todos y todas podemos generar opinión, motivar o actuar de forma modélica, eficaz y comprometida.

En este mundo globalizado al que pertenecemos, si pretendemos incidir en el conocimiento y uso del euskera, son necesarias personas plurilingües que vivan el euskera en las familias, en el entorno educativo, en su tiempo libre, en las relaciones socio-económicas, en las nuevas tecnologías, en la red... Pero también lo son las personas que, sin tener un gran conocimiento de la lengua, transmiten una actitud favorable. Todos y todas tenemos que colaborar en esta misión. ¿Aceptas el reto?