AL final ha dado su fruto, Vitoria-Gasteiz ha alcanzado el máximo exponente en cuanto a ciudad verde por fuera y por dentro, su lema. Todos y todas debemos estar orgullosos de haberlo conseguido en competencia elegante con otras ciudades europeas. ¿Y ahora? Ahora han creado una comisión, un director del plan para el evento del 2012. Ya saben lo que dicen los políticos: crea una comisión para que todo se dilate en el tiempo y se difumine.
Es cierto que en Vitoria-Gasteiz, los que la pateamos a diario podemos percibir su belleza y ornamentación verde, se mire donde se mire. Pero los políticos, ¿patean la ciudad? ¿recorren el Anillo Verde?, ¿saben los fallos que tiene?, ¿conocen las mejoras que la sociedad demanda?, ¿sufren las incomodidades del peatón?
Tenemos desde la fundación de la ciudad una aldehuela allá en lo alto, un Casco Histórico que es la joya de la corona de Vitoria Gasteiz. ¿Y qué se ha hecho o se está haciendo? A día de hoy el flamante Casco Medieval sólo sirve para que despistados turistas deambulen admirando joyas como la Casa del Córdón, la Catedral vieja, el nuevo museo de Arqueología, el Palacio Montehermoso y algunos otros edificios con solera e historia que siguen cerrados y perdiendo su belleza.
Bien cierto es que los barrios y las calles las hacen los vecinos, los que viven y alternan en ellas, por eso el Casco Antiguo está como está, vacío y sin vida, salvo eventos o celebraciones en los que a pesar de todo no se consigue contagiar al resto de ciudadanos de Vitoria Gasteiz para revitalizarlo con su asistencia y darle la vida necesaria. ¿Sucede lo mismo en los cascos antiguos de Bilbao o Donostia?
No hace mucho han impedido que el centro educativo emblemático del Casco Antiguo, el colegio Ramón Bajo o Gasteiz, no pueda ampliar sus instalaciones bien en el antiguo Conserva torio de Música o en el Palacio Escoriaza Esquível, en desuso desde tiempo imemorables. No es de recibo la apuesta educativa que desde el Ayuntamiento se hace en el Casco Antiguo de Vitoria, quizás lo que se pretende es dejarla morir por inanición.
Nos merecemos ser Capital Verde-Green Capital, pero también nos merecemos unos políticos en la ciudad que apuesten fuerte por elevar el listón en el que nos hemos quedado anclados desde la época del alcalde José Ángel Cuerda.
Es fácil, sólo hay que arriesgar por la ciudad, pese a quien pese, pero tratando de mejorar todo aquello que redunde en beneficios de los propios ciudadanos, en definitiva los verdaderos usuarios de la ciudad.
Juan Carlos Audikana
Respuesta a "la Pregunta a los lectores"