la advertencia del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, de poner las navidades como fecha límite para cerrar las fusiones y los Sistemas de Protección Oficial (SIP) de las cajas de ahorros pone en evidencia la delicada situación en la que se encuentra este sector del sistema financiero y la necesidad de tener clarificado el mapa de estas entidades cuanto antes. El Banco de España está pisando el acelerador a fondo con el apoyo del Gobierno y del Banco Central Europeo, hasta el punto que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha advertido de que será el Banco de España el que intervenga si antes de fin de año no están ya elegidos los Consejos de Administración de todas las cajas nuevas resultantes del proceso de integración. Por ahora, la entidad dirigida por Fernández Ordóñez ha impuesto a las cajas una segunda oleada de fusiones que se inició hace unos días con la integración de la sevillana Cajasol en el Grupo Banca Cívica, liderado por Caja Navarra, ante la falta de concreción de la entrada del fondo de inversión JV Flowers que llegó a pedir una participación del 49,9% de la entidad por la suscripción de 450 millones de euros en deuda al 7,5%. La primera SIP que se creó en el Estado ha pasado de decir que no iba a recurrir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a pedir tras la integración de la caja andaluza 1.200 millones. Las prisas para acelerar la segunda oleada viene determinada por el recrudecimiento de la guerra del pasivo que se va a producir porque los mercados mayoristas de financiación están prácticamente cerrados a las cajas, lo que les ha obligado, excepto a cuatro, a emitir deuda con el aval del Estado, por un importe en el caso de Bancaja o Caja Madrid de 7.343 millones de euros y 5.158 millones, respectivamente. Nadie tiene seguridad de que puedan devolver esa deuda, ni los 10.000 millones de euros del FROB al 7,5% anual. Esta situación puede dar lugar a que los bancos adquieran cajas y compren redes, carteras de negocio y clientes, con lo que podríamos asistir a su final, algo que para algunos no está impidiendo el órgano supervisor. En este delicado panorama hay pocas cajas que permanecen en solitario, como es Caja Vital, gracias a la solvencia, recursos y liquidez que disponen y que pueden ser, contradictoriamente, el instrumento del Banco de España para forzar operaciones de absorción y de fusión.