LA reforma laboral aprobada por el Parlamento el pasado 9 de septiembre supone un ataque histórico a los derechos de los asalariados. Con esta reforma se abarata y facilita el despido instaurando entre otras las siguientes medidas:

- Indemnización por despido de 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades en todos los nuevos contratos indefinidos.

- Se amplían los motivos para el llamado despido objetivo con una indemnización de 20 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades. En la mayoría de los casos al empresario se le subvenciona esta modalidad de despido con 8 días pagados por el Fogasa. Con otras palabras: ¡Se destina el dinero público para ayudar a los empresarios a despedir plantilla fija con una indemnización de 12 días por año!

- Se restringe el alcance de la negociación colectiva.

- Con la nueva ley los empresarios podrán rechazar de manera discrecional el convenio colectivo sectorial y esto en un país donde el 98% de las empresas son pymes. Esto significa que se da la puntilla a los convenios sectoriales estatales y provinciales que a pesar de su carácter de mínimos en muchos casos eran la única garantía de regulación de las relaciones laborales y de los derechos de los trabajadores y trabajadoras en esas empresas.

El Gobierno del PSOE, con sus últimas medidas, ha sucumbido totalmente ante las presiones de los poderosos. El mismo Rodríguez Zapatero, que ayer prometía que gobernaría para los más débiles, hoy se ha unido al coro de los gobiernos socialdemócratas y de la derecha en toda Europa que exigen más y más recortes sociales como única salida a la crisis. En lugar de enfrentarse a quienes provocaron la crisis económica, esto es, a los grandes bancos, los empresarios y su sistema, pretende que nos resignemos y aceptemos que la única política posible consiste en recortar todas y cada una de las conquistas sociales y laborales y en olvidar quiénes son los auténticos responsables del caos económico mundial.

Siguiendo en sus trece, el Gobierno ha anticipado que tras la Reforma Laboral le toca el turno a "la de las pensiones": quieren elevar la edad de jubilación a 67 años, y ampliar el cómputo para el cálculo de la pensión a los últimos 20 años cotizados, con el consiguiente recorte de las mismas. Por todo ello los trabajadores tenemos que prepararnos para hacer frente a una batería de medidas anti populares que veremos concretadas en los próximos Presupuestos Generales del Estado pactados con el PNV.

Hoy más que nunca la única defensa contra esta oleada de recortes y ataques es responder con la máxima unidad en la lucha. Para defender consecuentemente los intereses de los asalariados es imprescindible oponer a la alianza de la patronal y los gobiernos, el frente único de la clase obrera; no hay excusa, sean cuales sean sus diferencias, las direcciones sindicales tienen la responsabilidad de ir unidos y de esta forma golpear todos juntos al enemigo común.

Desgraciadamente, en base a su planteamiento del "marco autónomo de lucha en Euskal Herria", LAB y ELA no convocan a la huelga general. Los compañeros de LAB y ELA tienen todo el derecho del mundo a defender sus posiciones y a criticar las posturas del resto del movimiento sindical, pero la pregunta que se deben hacer es: ¿creen realmente que para enfrentarnos a los efectos de la actual crisis global del capitalismo son suficientes las luchas regionales o sectoriales de los trabajadores? (...)

La convocatoria de esta huelga general de 24 horas, aunque totalmente necesaria no será suficiente para forzar un giro social en la política del Gobierno socialista. Es necesario un plan posterior y una estrategia continuada de movilizaciones, para con una mejor organización y buscando la máxima unidad posible, ejercer una presión sostenida del movimiento sindical y social, sólo así será posible doblegar a este Gobierno y obligarles a ceder en los recortes sociales.

¡Que sean los culpables, los grandes bancos y monopolios, quienes paguen por su crisis¡ ¡Que se nos devuelvan vía impuestos lo que nos han robado a los trabajadores¡ ¡Que estos recursos se utilicen para financiar las pensiones, la sanidad y la educación y para llevar a cabo un plan de obras públicas y sociales que generen empleo digno para todos y todas!

CADA comienzo de curso va acompañado en la universidad de nuevos proyectos y de renovados propósitos. El curso 2010-11 se recordará como el de la entrada de los títulos de grado en el Espacio Europeo de Educación Superior, conocido popularmente como Proceso de Bolonia. Mucho se ha escrito sobre ello, pero ahora lo que toca es integrarlo en el modelo propio de nuestra universidad. La UPV/EHU es hoy una universidad pública e investigadora, plurilingüe e internacional, comprometida con el desarrollo económico y social del País Vasco, y asentada en los tres territorios. Aspiramos a ser inductores del proceso de transformación económica de nuestra sociedad, impulsando un modelo en el que la investigación, la innovación, la internacionalización y la captación de talento desempeñan una función primordial para la mejora de la competitividad del tejido productivo. Con este fin, hemos presentado el proyecto Euskampus, que ha superado la primera fase de la convocatoria 2010 del programa Campus de Excelencia Internacional y está a la espera de ser evaluado por una Comisión internacional.

Euskampus presenta nuestra oferta educativa en el marco de un modelo propio de enseñanza-aprendizaje centrado en el alumnado. En un momento en el que la información y el acceso al conocimiento mediante las nuevas tecnologías están al alcance de todos, la verdadera diferencia entre universidades la marcará aquella que consiga hacer más eficaz y atractivo su modelo formativo, con el soporte de un profesorado eminentemente investigador.

El nuevo modelo arranca este curso con la incorporación plena de nuestra oferta docente al Espacio Europeo de Educación Superior a través los nuevos títulos oficiales, 66 grados, 94 másteres y 62 doctorados, los cuales constituyen una oferta renovada, sustentada por la calidad del profesorado y acorde con las necesidades de formación superior que demanda la sociedad.

El modelo de enseñanza-aprendizaje cooperativo y dinámico, al que hemos llamado IKD (Ikaskuntza kooperatiboa eta dinamikoa), se propone impulsar la educación activa y que el alumnado se convierta en protagonista del aprendizaje. La estancia en la universidad debe aprovecharse para aprender a pensar y a proyectar, sin tener aún, en la mayoría de los casos, la responsabilidad de actuar. El paso por la universidad no debe reducirse a la adquisición de un recetario de soluciones, sino a conseguir la capacitación más adecuada para la resolución de los problemas. Es preciso acortar la distancia entre lo que está dentro y fuera del aula, ya que el aprendizaje, para ser relevante, requiere del contacto con la realidad, y de un ambiente de intercambio, diálogo, estudio y debate en torno a un proyecto que suponga un reto para el alumnado. Una formación integral requiere además fomentar valores de equidad e inclusión social. Así formaremos personas, regidas por el espíritu crítico y el respeto a la diferencia. La nueva oferta de títulos que inauguramos este curso y el modelo de aprendizaje que lo acompaña, junto con el proyecto Euskampus, constituyen la mejor demostración de que la Universidad del País Vasco, fiel a su lema, renueva su compromiso con la sociedad para dar y difundir conocimiento, ofreciendo un modelo educativo que lidere la transformación de la enseñanza superior.