KEPA Landa comparaba, en un artículo publicado el 25 de agosto bajo el título Calma tensa, lo que ocurre en el ojo de un huracán con la situación de este agosto que acaba de concluir. Todo parece que está parado. Aprovechando el momento de calma, el autor del artículo nos propone barajar una hipótesis ¿Qué ocurriría si ETA en vez de declarar una tregua, que es lo que espera (y quiere) Madrid, les desbordara en sus previsiones, yendo más allá y rompiendo así una estrategia que está basada en la continuidad de ETA? Entre otras cosas, como bien dice Kepa Landa al final del artículo, a falta de enemigo, el Estado se vería en ese momento confrontado a las "reivindicaciones políticas que están en el fondo de todo lo ocurrido desde hace muchos años".

Acabamos de conocer el último comunicado de ETA. No creo que sea la respuesta que planteaba Kepa Landa en su hipótesis, ni responde a lo que la propia Batasuna proponía en el primero de sus famosos 8 puntos del texto titulado Acuerdo sobre las Condiciones Mínimas y Suficientes para el Desarrollo del Proceso Democrático o la que muchos independentistas esperábamos; pues aunque ETA coincide con el autor del artículo en que la estrategia del Estado se basa en mantener el estado de excepción actual, desviar el debate político y evitar una resolución democrática esperando que mientras tanto la situación se pudra, no parece por el momento que esté madura para hacer el ejercicio de responsabilidad y dar la respuesta en clave de construcción nacional que nos pide en su comunicado al resto. Si así fuera, tal como lo fantasea Kepa Landa la respuesta tendría que haber sido mucho más clara, explícita y contundente: Alto el fuego definitivo y verificable.

A pesar de todas las valoraciones positivas que se puedan hacer de la lectura de este nuevo y por ahora último comunicado, es una lástima que de nuevo la respuesta de ETA se haya quedado corta, sin poder o querer admitir que uno de los mayores obstáculos a la hora de articular un proyecto independentista es la pervivencia de la actual estrategia político-militar de ETA, que tan cómoda y rentable le resulta al Estado. A éste no le podemos pedir que actúe en clave de país; a ETA sí.

Mientras tanto hay muchas personas que de forma unilateral y sin condiciones (en relación a ETA), sin necesidad que nadie nos lo recuerde o pida estamos trabajando, de forma responsable y en clave de país, en crear las condiciones que posibiliten un proceso democrático en la consecución del derecho de la autodeterminación y en la superación de la actual situación de conculcación de los derechos civiles y políticos en este país; entre ellos, las mujeres y hombres que formamos Aralar. Ningún escenario mejor para nosotros que el que dibujaría una participación electoral en condiciones de igualdad de las dos sensibilidades de la izquierda abertzale en la que, una vez superada la fase de la lucha armada y desaparecido pues uno de los motivos de nuestras divergencias, pudiéramos confrontar los otros dos aspectos que nos diferencian: a saber, un funcionamiento democrático interno y el reconocimiento de tres ámbitos de decisión, antes de poder confluir y articular un espacio más amplio de izquierda que pueda ser alternativa política a la derecha nacionalista y a la izquierda estatal.