El 61% de los vascos quiere que se prohíba fumar en espacios públicos cerrados. Básicamente, a seis de cada diez vascos mayores de 18 años les parece chupilerendi que no se pueda fumar en los bares, que es a lo que viene todo este asunto. Un dato previo: el que hace el sondeo es el que impulsa la normativa, es decir, el Gobierno Vasco. Suspicaz, me dirán. Sí. Todo lo que venga de una fuente política es susceptible de haber sido manipulado, que otra cosa no pero el mangoneo es muy transversal, de derecha a izquierda, de españolismo a abertzalismo, y en política no hay casualidades, pocas coincidencias y la mayoría son declaraciones de guerra. Pero, con arreglo a mis muestreos personales, no me parece que la cifra sea muy descabellada, yo diría que incluso algo baja. Más justito me parece lo del 22% que se declara fumador diario. Mentirosillos... Vamos, ¿me tengo que creer que entre los 18 y los 29 años sólo fuma el 23%? Será tabaco. Al margen de la tendencia patria a mentir en las encuestas, a mí me tiene un poquito aburrida esta necesidad endémica de prohibir para que el ser humano se avenga a no dar por saco a su vecino. Ya somos todos mayorcitos y este rollo tan de moda de papá Estado prohibiendo o responsabilizándose -gran momento el que la moda del salto de balcón en Baleares requiera una campaña de concienciación por parte de los hoteleros, como si empujaran al pazguato que salta- francamente parece más un problema de educación y cierto sentido común que otra cosa.
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