Quizás la velocidad con que vivimos, causa de que se vayan agudizando nuestros problemas, sea uno de los desencadenantes de la falta de cortesía que cada vez más se detecta en nuestra sociedad. Frecuente suele ser al dirigirte a alguien, que al preguntarle ¿qué tal? su respuesta sea bien, omitiendo lo más elemental que exige la cortesía, cual sería responder, bien ¿ y tú ?

Otra cosa que se detecta, es la falta de delicadeza que hay hoy hacia la mujer, por ejemplo: si observamos, es frecuente ver a una pareja, de diferente sexo, claro, que al entrar o al salir de un establecimiento, el varón pasa primero, dejándole a ella detrás, y esto, para los que peinamos canas, no puede por menos que sorprendernos y no nos llegamos a acostumbrar.

Curioso resulta también, el léxico utilizado hoy entre jóvenes de diferente sexo, viendo que lamentablemente hoy hablan ellas tan disonantes como ellos, con un vocabulario un tanto soez y que al ser recriminados, es frecuente escucharles decir, que son palabras que están en el diccionario y se quedan tan "campantes".

Ser cortés cuesta muy poco y debiera inculcarse desde la infancia, evitando así que al llegar a la adolescencia, la cortesía no se interpretase como una "chorrada" como es habitual escuchar hoy. Debemos evitar que si la inteligencia nos persigue, no tratemos nosotros de ser más rápidos.