Ante la polémica de prohibir los toros, reflexiono y me hago ciertas preguntas. La primera y fundamental, es la diferencia de las personas, que les da igual el sufrimiento y maltrato animal, y a las que no. Esta es la cuestión y no otra, por muchas "coartadas", justificaciones y defensa, de la mal llamada "Fiesta Nacional".

Yo puedo entender que existan muchas familias, que viven de las corridas de toros, pero eso no justifica el ensañamiento, tortura y muerte del toro en la plaza. Tampoco me vale, que "el primer español", el monarca, le gusten los toros, y defienda un espectáculo, donde aparte del daño al animal, existe el morbo de la cogida y posible muerte del torero. ¿Cómo algunos pueden catalogar a este espectaculo como cultura? ¿ Le gustaría, al "Rey de todos los españoles", que a cualquiera de sus caballos, le hicieran una "faena" igual que a un toro? Y no me vale la hipocresía, de que uno es domestico y otro salvaje? para salvaje ya tenemos al hombre.

O a cualquiera de los defensores de las corridas, que torturaran y mataran salvajemente a uno de sus perros o gatos, (a los cuales, por cierto les tienen un gran cariño).

Yo comparo a todos estos defensores de tan "magnifica fiesta nacional", con los cazadores, que abaten a sus presas por "afición", no por que necesiten esas presas para subsistir, esos mismos cazadores, crueles y criminales, que cuando no les son útiles sus perros, los matan a tiros o ahorcan. (Al monarca también le gusta la caza, ¿ que casualidad, no?)