EL fin de semana pasado hubo atascos en ciertos tramos de las carreteras alavesas. Como escribió un legendario periodista vasco, coincidieron en esta ocasión los últimos días de julio con los primeros de agosto y, ¡ay!, vaya caravanas se montaron en el enlace entre la AP-1 y la N-I, un nuevo foco de problemas para quienes recorren miles de kilómetros al volante: se sale de una gran nueva vía que no tiene servicios para entrar en una más antigua por un enlace, la carretera a Altube, que no soporta tanto tráfico. Y se forman colas. Y eso es peligroso. Veamos: si las autoridades guipuzcoanas, encantadas con la nueva variante de Donostia, se dignaran a repartir el tráfico entre la lustrosa AP-1 y la bien conocida N-I el follón en ese tramo de las afueras de Vitoria sería menor, ¿no creen? Pero hay que sacarle el jugo al asfaltazo que han pagado a doblón nuestros gobernantes y cobrar a todo hijo de vecino los más de diez euracos que cuesta el tramo entre las dos ciudades. Si ustedes vienen de Francia hacia Vitoria, después de aflojar el bolsillo en Biriatu y Oiartzun, la nueva variante les irá indicando el camino hacia la capital alavesa, y sólo es uno y de pago, y para cuando se den cuenta ya verán Orio a su derecha. ¿Por qué no hay alguna indicación que rece "a Vitoria por la N-1, la carretera de siempre, la del puerto de Etxegarate, y todavía sin soltar parné" o, más sencillo, "Vitoria/ N-I/Gratis". En fin, que este debate se acabará cuando también tengamos que pagar por esa N-I. Que llegará el día, no lo duden.
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