He sido un gran fumador, pero afortunadamente hace diez años vi claramente lo absurdo y peligroso que era fumar. Creo en los placeres que te da la vida y de la necesidad de aprovecharlos, pero si consideramos el fumar un placer, hay que descartarlo inmediatamente. No estoy dispuesto a renunciar a ningún otro de los considerados placeres de la vida, pero cada día me alegro más de haber dejado éste. Es verdad que antes era más fácil dejarlo, porque no le echaban al tabaco ni la mitad de los productos dopantes que le ponen ahora para que enganche mucho más y sea más complicado dejar esta droga, pero si se lo proponen, seguro que dejarán este vicio, que a la larga les resultará caro, ya no tanto en dinero sino en la salud. Si nos referimos a la cantidad de enfermedades que podemos desarrollar en todo el sistema respiratorio, evitarán de un plumazo, entre otras muchas, las bronquitis crónicas, los enfisemas pulmonares y el peor de todos, el cáncer de pulmón. Entonces nos daremos cuenta que dejar el tabaco debería ser la primera cosa que nos propongamos hacer para tener una calidad de vida mucho mejor.

Dicen que los que han sido fumadores son los menos transigentes con la gente que fuma, la verdad es que a mí no me ha pasado todavía esto, pero esta normativa que va a salir próximamente la veo necesaria para proteger en los locales cerrados al resto de personas. Por lo tanto, animo a todos mis amigos fumadores a que en breve tiempo se propongan dejar de fumar. Ese será el primer paso de una vida que disfrutarán mucho más y podrán apreciarla mejor en todos los sentidos. Definitivamente, fumar era un placer.