EL proyecto de Red Eléctrica de España (REE) de atravesar con una línea de alta tensión una de las zonas de Álava con mayores riquezas naturales se ha convertido durante los últimos meses en una de las cuestiones más importantes del debate medioambiental y, por ende, político; y este fin de semana, también del ámbito social. Ayer partió desde Labraza, a los pies de la muralla, una marcha que irá recorriendo todos los pueblos afectados por el tendido: Bernedo, Navarrete, Villafría, Villaverde, Lagrán, Laño, Albaina, Pariza, Urarte, Saseta, Okina, Izarza, Hijona, Egileta, Añua, Gaztea y Elburgo; hoy la movilización continuará por Argómaniz, Arbulo, Lubiano y Arzubiaga, hasta llegar a Vitoria, donde tendrá lugar una manifestación que clausurará el fin de semana reivindicativo. Y realmente hace falta que lo sea, que la protesta se haga oír, tanto por el impacto medioambiental del trazado eléctrico en Álava como por los verdaderos intereses que sus responsables intentan inútilmente ocultar: sólo se trata de ganar más dinero. El tendido de alta tensión, que incluye torres de 81 metros del altura a lo largo de sus 110 kilómetros por tierras alavesas, conectará Vitoria y Castejón-Murarte con la única pretensión de transportar electricidad y hacer negocio con ella, un lícito objetivo que ha ido perdiendo esa característica por la falta de claridad que ha rodeado y rodea el proyecto. El trazado, pendiente de alegaciones, algunas de ellas ya en marcha, pone en peligro no sólo la biodiversidad de la zona, donde existen áreas LIC (lugares de importancia comunitaria) y ZEPA (zonas de protección de aves), amén de la propia riqueza paisajística, sino también el desarrollo económico ligado al turismo e incluso la propia salud de los habitantes de la zona, que se verá afectada por potentes campos electromagnéticos, legales según la normativa española. REE podía haber utilizado el corredor de Garoña, pero no lo ha hecho; podía haber explicado cuál va a ser el uso real de semejante trazado eléctrico, y tampoco lo ha aclarado. Los alaveses, mientras tanto, se tienen que conformar con oír a algunos responsables del PSE, único partido que se ha quedado al margen de la protesta (el proyecto lo apoya el Gobierno, y toca obedecer), que el tendido es necesario para el TAV, y flaco favor le hacen a la alta velocidad con el argumento.