Identidad(es) vasca(s) en el siglo XXI: objetivo 2050. Así se llama el proyecto cuyas conclusiones presentará el equipo del que forman parte Olatz Elexpuru e Iñaki Zaldua en el XIX congreso organizado por Eusko Ikaskuntza bajo el nombre Lo que nos une, en el que además se hablará del contrato social, la territorialidad, etc.

¿Cómo van los últimos preparativos de cara a este congreso?

Olatz Elexpuru: Ya estamos en los últimos retoques. Tenemos ya ganas de ver los resultados. 

Iñaki Zaldua: El congreso se presenta bastante ambicioso. Son temas muy complejos, muy densos y de largo recorrido. El asunto es más una especie de exposición del trabajo hecho hasta ahora, pero con la intención de debatir y de sacar nuevas pautas de actuación para el futuro. 

Vamos a poder reflexionar largo y tendido sobre todos los temas que se van a tratar. El congreso lleva como título Lo que nos une. ¿Qué creen que es lo que más nos une en este siglo XXI?

I.Z.: Nos unen muchas cosas. Nos unen las ganas, la necesidad de reivindicarnos como pueblo. Un pueblo en términos de reivindicar su idioma y su cultura, pero también de integrar a las personas que vienen a trabajar, igual exiliadas de sus países por temas económicos, guerras... Un pueblo solidario, un pueblo que reclama y reivindica de forma evidente y contundente cuáles son sus fronteras. 

¿Qué les hizo acercarse a Eusko Ikaskuntza?

O.E.: Yo empecé por mis estudios (estudia un doble grado de Política y Sociología). Decidí hacer las prácticas aquí, y el tema me interesaba bastante. Siempre me ha llamado la atención la identidad vasca, que es bastante diferente comparada con otras. En estos meses me he dado cuenta de que compartimos ciertos elementos que asociamos a ella, y aunque cada uno vive su identidad de manera muy subjetiva, siempre hay valores que se mencionan. 

I.Z.: Yo estoy desarrollando una tesis en la que intento estudiar los elementos que se reproducen en las periferias de Euskal Herria a la hora de hablar de la identidad vasca. La hipótesis viene a decir que dependiendo del contexto sociológico, político, histórico, etc., los y las abertzales de esos espacios van a fundamentar su identidad en unos segmentos o en otros. El proyecto de Eusko Ikaskuntza es más ambicioso. Busca que las personas que hoy viven en Euskal Herria o están en la diáspora pero se sienten parte de lo que es Euskal Herria, ver sobre qué elementos fundamentan su identidad y ver con ello qué elementos subjetivos y objetivos se comparten a la hora de definirla. 

¿Cuál ha sido su línea de actuación?

O.E.: Este proyecto consta de tres fases, y yo para cuando llegué habíamos empezado con la tercera. Mi trabajo ha consistido más en la rama de los jóvenes, porque se quería conocer cómo viven los jóvenes. Se han hecho cinco grupos de discusión: uno en Leioa, en Idiazabal, Gasteiz, Iparralde e Iruñea. Se trataron temas muy diferentes en torno a la identidad, y se quiso poner el foco en el futuro, en cómo ven la persistencia de la identidad vasca y si creen que hay algún tipo de desafío para el futuro. 

I.Z.: Sí, el proyecto responde también a otra investigación que se hizo hace veinte años en Eusko Ikaskuntza en torno a la identidad vasca. Es una especie de continuación al mismo. Volviendo a esas tres fases, en la primera sobre todo trabajaron los que estaban de profesores e investigadores más afianzados y bajo la dirección de Patxi Juaristi intentaron de alguna forma esbozar lo que sería el marco metodológico para la investigación. Es una investigación puramente inductiva, y bajo el nombre de Grounded Theory, implica de muchos pequeños elementos o conversaciones intentar generar una teoría. Esto es muy ambicioso, y hace falta muchísimo tiempo y dinero. Se pretende desarrollar una teoría de todas las técnicas que hemos empleado, lo que nos lleva también a que nuestra investigación pretende ser una propuesta que plantea un marco sobre el que avanzar. 

¿Cómo se creó el grupo impulsor?

I.Z.: Esto es algo que impulsa Eusko Ikaskuntza. Habla con una serie de expertos para empezar a caminar en cuanto a la investigación. Desarrollan el marco de investigación y contactan con varios doctorandos y doctorandas de Euskal Herria y empieza lo que viene a ser el trabajo de campo. Doctorandos y doctorandas estamos representando lo que serían las tres zonas políticas delimitadas: CAV, Nafarroa e Iparralde. Una vez se desarrolla el marco de actuación, pasamos al trabajo de campo, en el que lo primero que se hace es solicitar narraciones de diferentes personas de Euskal Herria, y de ellas se hace un análisis para determinar los elementos objetivos y subjetivos que se comparten. Paralelamente se hace una muestra de 439 páginas web de las que cogimos 76. Asimismo, hicimos entrevistas en profundidad y tras ellas un análisis cualitativo. Después vinieron los grupos de discusión, y de toda esa muestra hemos desarrollado la memoria que se va a presentar en el congreso. 

¿Les gustaría lanzarle algún mensaje a la ciudadanía?

O.E.: Yo creo que el congreso es una oportunidad bonita para tener una imagen mucho más completa. Puede ser una experiencia enriquecedora. 

I.Z.: Yo también animo a la gente a venir. Cuantos más estemos más enriquecedor será el debate. Los resultados son prometedores. 

Olatz Elexpuru e Iñaki Zaldua. Borja Guerrero

¿Con qué sensaciones creen que van a salir del congreso?

I.Z.: Con sensación de que queda mucho por recorrer en este ámbito (risas). No sé si seremos capaces de cerrar en algún momento esto. 

Su estudio tiene como objetivo 2050. ¿Cómo ven el futuro de la sociedad vasca en esa época?

O.E.: Habiendo escuchado a los jóvenes de mi edad, creo que se han mezclado puntos de vista positivos y negativos respecto al futuro, pero diría que soy optimista. Teniendo claro cuáles son los retos y cómo atajarlos, la identidad vasca podrá mantenerse como ha hecho durante miles de años. 

No nos la vamos a cargar ahora, ¿no?

I.Z.: Yo creo que es un miedo que tienen, tenemos, igual los carcas. Pienso que la identidad está en constante construcción. Los miedos son lícitos, pero mientras haya una necesidad de pertenecer a una comunidad concreta, el miedo a la transformación... Yo la pureza la pongo en entredicho. No tengo miedo de que desaparezca la identidad vasca. Creo que es algo que se va a transformar, y habrá a quien le guste más o menos, pero seguirá estando aquí. Aquí hay un pueblo que quiere reivindicarse como tal.