Miles de manifestantes se han concentrado este sábado en Glasgow (Reino Unido) frente a una protesta más minoritaria de extrema derecha, organizada tras los recientes disturbios en Inglaterra, que la Policía escocesa ha logrado contener en un ambiente tenso.

En George Square, en el centro de la ciudad, un grupo reducido de personas, vinculadas a movimientos de ultraderecha, algunas con el rostro cubierto y ondeando banderas de Inglaterra, el Reino Unido y Escocia, han protestado contra la inmigración ilegal, con pancartas que decían que "la operación genocidio continúa" y "emergencia por invasión".

Transcurso de la manifestación

La protesta, que ha contado con el apoyo del conocido activista inglés de extrema derecha Tommy Robinson, ha provocado una fuerte respuesta de la comunidad antirracista, de la cual unos 2.000 miembros, de acuerdo con medios locales, se han congregado para oponer resistencia.

La Policía ha intervenido en varios momentos críticos, utilizando porras para dispersar a los grupos y deteniendo al menos a una persona, tal y como apunta la prensa local.

Declaraciones de los manifestantes

Steve, un participante de la protesta de extrema derecha, ha asegurado en declaraciones a EFE que la llegada de inmigrantes ilegales está haciendo que la carga económica sea insostenible para el país.

Niall Fraser, uno de los organizadores, por su parte, ha declarado que la protesta buscaba mostrar a los políticos escoceses el fuerte sentimiento antiinmigración en la región, y ha acusado a los manifestantes antirracistas de estar "pagados para expresar la opinión del Gobierno".

La protesta de extrema derecha Pro-UK ha sido organizada por el activista apodado 'The Glasgow Cabbie', quien había enfermado a última hora, en colaboración con Fraser y la organización probritánica 'A Force for Good', mientras que 'Stand Up to Racism Scotland' ha liderado la contraprotesta, en coalición por varios sindicatos, organizaciones religiosas y aficionados al fútbol.

Ambiente de tensión

La manifestación se ha producido tras la oleada de violencia impulsada en agosto por grupos de ultraderecha en Inglaterra, a raíz de un acuchillamiento múltiple en un centro recreativo de la ciudad de Southport, en el noroeste inglés, en el que murieron tres niñas.