"Si los ucranianos perdemos, los rusos nos exterminan", dice Maksym Maksymiv, un artista que se alistó voluntario en el Ejército, perdió una pierna en la actual contraofensiva y ahora convierte restos de la guerra en piezas artísticas para recaudar fondos para otros soldados.

Maksymiv habla con EFE en el taller que comparte con su esposa, la pintora Natalia Kuriy. Localizado en un semisótano de una torre de apartamentos, se convirtió en refugio antiaéreo al comienzo de la invasión rusa.

Durante un tiempo el arte dejó paso a cuestiones de vida y muerte pues decenas de vecinos se refugiaban allí durante los ataques de los misiles rusos. Como el propietario ha vuelto desde el frente, el arte renace en el taller, aunque ahora lleve marcadas las señales distintivas de la guerra.

Una caja decorada con los nombres de soldados fallecidos

'Robotyne', se puede leer en una firma sobre una caja metálica de munición decorada con motivos populares. El nombre de esta localidad en la región de Zaporiyia, conocido por las informaciones sobre la guerra, tiene un significado especial para Maksymiv y sobre la caja están escritos los nombres de compañeros de armas que murieron allí.

La caja 'Robothyne', creada con munición de la guerra EFE

Voluntario en la guerra

Artista sin experiencia en el combate, se presentó voluntario para la brigada número 47 del Ejército ucraniano en agosto de 2022. Tuvo que pasar una rigurosa selección, se entrenó tanto en Ucrania como en el extranjero porque la brigada recibió equipo occidental en preparación de la contraofensiva para recuperar territorios ocupados por Rusia.

"Nuestra unidad estaba muy motivada y la mayoría procedía de diferentes profesiones civiles", cuenta a EFE.

Recibieron entrenamiento sobre cómo usar el equipo. Sin embargo no pudieron prepararse para todo lo que los ucranianos tuvieron que afrontar en el campo de batalla.

"Esta guerra es única. Tomamos nuestras propias decisiones y cambiamos nuestras tácticas", explica Maksymiv.

Fue en la acción para liberar la localidad de 'Robotyne' en junio, su primera batalla, cuando perdió la pierna derecha. Tuvieron que amputársela por encima de la rodilla tras haber pisado una mina rusa cuando intentaba ayudar a un soldado herido.

Arte como proceso de cura y financiación

Casi cuatro meses más tarde Maksymiv está de regreso en su taller, donde pasa la mayor parte del tiempo. Todavía se tiene que acostumbrar a la prótesis y ha estado trabajando con un psicoterapeuta para reducir el "dolor fantasma" agudo que siente donde solía estar su pierna.

Crear arte ha sido también parte del proceso de cura. Fue su esposa, Natalia, quien sugirió que los objetos artísticos que había con munición usada podrían venderse para recaudar fondos que ayudaran a otros soldados ucranianos con drones y otro equipamiento.

Maksym perdió una pierna en la guerra de Ucrania, a la que se alistó voluntariamente EFE

Natalia también ha vendido varias obras. Entre ellas, 'Ángeles', una serie de pinturas sobre vidrio que creó en un intento por generar "protección" sobre las ciudades amenazadas por la guerra instigada por Rusia en 2014.

Pedazos de la guerra

Cartuchos vacíos, decorados con ornamentos ucranianos, se acumulan en los estantes entre obras de Masymiv y Kurii.

"Estos son de Bradleys (vehículos de infantería de combate de fabricación estadounidense). Pedí a mis compañeros de armas que me enviaran algunos para que pudieran seguir siendo útiles", cuenta Maksymiv.

Repite que aunque algunos de los Bradleys resultaran destruidos en combate, han salvado muchas vidas por su calidad.

"Rusia ha estado intentando destruir a los ucranianos durante siglos. Y lo hará si no les paramos ahora"

Sus ojos se iluminan hablando de su trabajo pero no cree que sus acciones en el campo de batalla hayan sido algo extraordinario. "No soy un héroe", dice este soldado herido. "Simplemente es que no tenía otra opción más que la de combatir".

Natalia menciona que la familia puede que necesite en algún momento encontrar una gran cantidad de dinero para comprar otra prótesis. "Primero tenemos que ganar la guerra, porque si perdemos ya no necesitaremos prótesis", replica Maksym.

Espera que Ucrania eche a las tropas rusas y acabe la guerra antes de que su hijo de ocho años, Lev, alcance la edad en la que debería alistarse.

"Rusia ha estado intentando destruir a los ucranianos durante siglos. Y lo hará si no les paramos ahora", subraya el artista-soldado.