Protestas contra el Gobierno armenio tienen lugar hoy en las tres mayores ciudades del país caucasiano debido al descontento causado por la capitulación de la región de Nagorno Karabaj tras una operación militar de Azerbaiyán.

Además de la capital, Ereván, donde se celebran concentraciones por quinta jornada consecutiva, también hay acciones de protesta en Guiumri y Vanadzor.

Una veintena de personas ya han sido detenidas en Ereván, aunque en esta ocasión los presentes no habían cortado el tráfico ni intentado asaltar la sede del Gobierno como en días anteriores.

Las fuerzas del orden también detuvieron a varias personas en el sur cuando éstas intentaron bloquear una carretera, según informan los portales armenios.

El Comité de Instrucción armenio incoó hoy 49 casos penales contra manifestantes por participar o llamar a organizar disturbios masivos, entre otros cargos.

Según la oposición, casi medio millar de personas han sido detenidas desde el martes en las protestas antigubernamentales contra la inacción de las autoridades durante la operación militar lanzada por Azerbaiyán y que desembocó en la capitulación incondicional de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, advirtió el jueves, con ocasión del día de la independencia de la antigua república soviética, que las autoridades actuarán con dureza, pero dentro del marco de la ley, para impedir disturbios violentos.

Responsabilizó de los incidentes a familiares de antiguos dirigentes del país y también de Nagorno Karabaj, a los que acusó de provocar al Gobierno armenio para que haya "un derramamiento de sangre en las calles de Ereván".

Protestas similares tuvieron lugar en 2020, cuando los manifestantes también acusaron a Pashinián de la derrota karabají en la guerra con el ejército azerbaiyano, que permitió a Bakú recuperar grandes cantidades de territorio.

La oposición armenia ha llamado a la desobediencia civil, anunciado un proceso de impugnación contra Pashinián y convocado protestas indefinidas.

Simultáneamente, otro grupo de opositores armenios se declaró en huelga de hambre para exigir la dimisión del primer ministro, que se propone también negociar un tratado de paz con Azerbaiyán.

Representantes de Bakú y de Nagorno Karabaj, territorio habitado por armenios que proclamó su independencia en 1991, abordaron el jueves en su primera reunión tras la capitulación karabají la integración de la región en Azerbaiyán y las garantías de seguridad para sus habitantes.