- El Gobierno talibán calificó ayer de “infundada” la preocupación de la ONU por el retroceso de los derechos de las mujeres, como es el caso de la imposición del burka, y reafirmó su compromiso en garantizar sus libertades “dentro del marco religioso y cultural aceptado por los afganos”. Así lo aseguró el Ministerio de Exteriores afgano en un comunicado en respuesta a una declaración pactada del Consejo de Seguridad de la ONU, que mostraba su “profunda preocupación por la creciente erosión del respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales de las mujeres y niñas” en Afganistán.
Los quince miembros del Consejo de Seguridad responsabilizaron el martes a los talibanes de este retroceso, y les pidieron dar marcha atrás a todas las políticas restrictivas con los derechos y libertades básicas de las afganas, incluida la obligación de usar el burka.
Sin embargo, los fundamentalistas precisaron ayer que el uso obligatorio del burka en espacios públicos “está en consonancia con las prácticas religiosas y culturales de la sociedad” de mayoría musulmana.
El Gobierno talibán decretó el 7 de mayo la obligatoriedad para mujeres y niñas de emplear esta prenda tradicional u otras vestimentas similares que cubran por completo su rostro. “No se ha impuesto nada que vaya en contra de las creencias religiosas y culturales de la sociedad islámica”, sostenía el comunicado.