Rusia parece haberse marcado entre ceja y ceja destruir todo rastro del avión más grande del mundo, el Antonov 225 ucraniano, de la faz de la tierra.

Si hace unos días los medios de comunicación ucranianos confirmaban sobre el terreno la destrucción de MriyaMriya, sobrenombre con el que se conoce a la aeronave fabricada por Antonov y que hace doce años visitó el aeropuerto de Foronda, ahora la fuerza aérea rusa ha bombardeado directamente la factoría de Antonov en Kiev, en cuyo hangar se encuentra el segundo Antonov 225.

Este Antonov alternativo quedó en su día a un 70% de ejecución, pero ahora Turquía y Ucrania tenían la intención de recuperarlo completando su construcción, aunque el coste podía alcanzar los 500 millones de dólares.

Este segundo Antonov finalmente quedó sin terminar por culpa de la Guerra Fría, la desintegración de la Unión Soviética y la escasa necesidad de contar con otra aeronave de estas características, ante la enorme capacidad del ya construido.

Bombardeo

El bombardeo a la fábrica de Antonov se produjo el pasado lunes, según ha informado la administración estatal de la ciudad de Kiev. Un extremo confirmado posteriormente por el asesor del Ministerio del Interior ucraniano, Anton Gerashchenkov. El ataque ha causado además dos muertos y siete heridos.

A la espera de que la planta de Antonov confirme el estado en el que se encuentra la segunda aeronave inacabada, las imágenes que han trascendido del estado de la fábrica tras el bombardeo no son especialmente halagüeñas.