- El Ejército ruso amplió ayer sus bombardeos más hacia el oeste de Ucrania, considerada la zona más segura en el país por estar lejos del frente, mientras que la cifra de refugiados que tratan de salir del país no para de aumentar, cuando se cumplen 16 días de la ofensiva rusa.
En la mañana de ayer sufrió bombardeos por primera vez Lutsk, en el noroeste del país y cerca de la frontera con Polonia, e Ivano-Frankivsk, unos 250 kilómetros más al sur y cerca de Moldavía, afirmó Mijailo Podoliak, asesor del jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en su cuenta de Twitter.
Las sirenas sonaron en toda la región, incluida la ciudad de Leópolis, que es el punto de tránsito de los civiles ucranianos que buscan huir e ir hacia Polonia, país que alberga la gran mayoría de los refugiados.
El alcalde de Lutsk, Igor Polischuk, pidió a los habitantes acudir rápidamente a los refugios tras escuchar las primeras explosiones en la ciudad, situada a unos 90 kilómetros al este de la frontera polaca. “Explosiones cerca del aeródromo. ¡Todos al refugio!”, dijo a través de Facebook Polischuk, que pidió a los vecinos que no publicaran fotos, ni direcciones, ni establecieran coordenadas, en lo que podría ser el primer ataque ruso contra esta ciudad, en la región de Volinia y vecina de Leópolis.
“Cuatro misiles fueron disparados en el aeródromo militar en Lutsk desde un bombardero del ejército ruso. Desafortunadamente, hay pérdidas humanas. En la actualidad, dos militares han muerto y seis han recibido heridas de diversa gravedad. Los escombros están siendo retirados”, dijo el jefe de la Administración Militar Regional de Volyn, Yuriy Pohulyayko, en su cuenta de Telegram, según informó Ukrinform.
Además hubo otros tres ataques aéreos en Dnipro, en el centro sur del país, según la cadena ucraniana ICTV, que añadió que los proyectiles cayeron cerca de un jardín de infancia, en un edificio de apartamentos y en una fábrica de zapatos.
Esta es la primera vez que estas dos ciudades sufren ataques desde que hace dieciséis días comenzó la invasión rusa de Ucrania, y se añade también otra acción militar en Ivano-Frankivsk, también en el oeste Ucrania, cerca de las fronteras con Rumanía y Polonia, lo que puede indicar una nueva dirección de las tropas rusas para atacar zonas estratégicas fronterizas con los países europeos.
Los ataques se han dirigido de nuevo hacia una instalación sanitaria, según informaron las autoridades de la ciudad de Járkov, en el noreste de Ucrania, que denunciaron un ataque contra un hospital psiquiátrico en el que se encontraban pacientes y personal, dijo ayer el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jasarevic.
La OMS verificó hasta ayer ataques contra 26 instalaciones sanitarias en Ucrania en las dos semanas de guerra.
Al comentar estos ataques, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU indicó que se trata de “actos chocantes”, que si se demuestra que han sido cometidos de forma indiscriminada podrían considerarse crímenes de guerra.
El ataque al psiquiátrico se produce pocos días después del bombardeo de un centro hospitalario en la asediada ciudad de Mariúpol, en el sureste del país, donde funcionaba una sección pediátrica y una maternidad, y en el que tres personas murieron y 17 resultaron gravemente heridas, según las autoridades ucranianas.
Mientras, en Leópolis, familias, sobre todo mujeres y niños, se apilan tanto dentro de la estación de tren como fuera a unas temperaturas bajo cero a la espera de poder coger cualquier vehículo, tanto público como privado, para acudir a la frontera con Polonia.