Fuerzas kurdas y de la coalición internacional contra Estado Islámico han comenzado la incursión en la cárcel de Ghueran, en la provincia siria de Hasaka (noreste del país), con la intención de poner fin a cuatro días de asalto de Estado Islámico para liberar a sus más de 3.500 camaradas encarcelados allí, y que de momento se salda con 136 fallecidos, según el último balance.
Tras los combates, las fuerzas de seguridad controlan gran parte del barrio en el que se encuentra la prisión e incluso un sector del propio edificio de la cárcel. Mientras, aviones de la coalición internacional han repartido panfletos pidiendo colaboración a la población y que informen de cualquier "actividad terrorista o sospechosa".
Desde el comienzo del asalto, el pasado jueves, se ha confirmado la muerte de 84 terroristas de Estado Islámico, 45 integrantes del personal de seguridad kurdo -- contando las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las milicias Asayish -- y siete civiles. Al menos 136 presos evadidos de Estado Islámico han sido capturados de nuevo en las localidades próximas a la prisión, pero se desconoce el número de fugados, que podría rondar los 800.
En las últimas horas, la organización terrorista ha publicado vídeos del interior de la prisión, donde sus compañeros han protagonizado de manera simultánea al asalto un motín tras el que se habrían hecho con el control de la instalación.
En las imágenes se pueden ver una veintena de cuerpos del personal de seguridad de la cárcel, pero no se ha podido verificar si están vivos o muertos, según las fuentes de la red de activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que ha proporcionado también el balance. En otras grabaciones, los guardias de la prisión apresados por los yihadistas dan sus nombres y fecha de nacimiento.
El paradero de decenas de miembros de ambos bandos continúa aún siendo desconocido, por lo que el Observatorio Sirio ha estimado que el número real de víctimas mortales será previsiblemente mayor.
El asalto a gran escala y coordinado comenzó el jueves con dos atentados suicidas de camiones cargados con explosivos detonados en la puerta principal y uno de los muros de la prisión, ha informado la agencia de noticias Amaq, afín al grupo yihadista.
Las FDS aseguran por su parte que unos 200 suicidas participaron en la incursión, que consideran ya la acción más importante del grupo en los tres últimos años.
Las FDS anunciaron el 23 de marzo de 2019 la toma de la localidad de Baghuz y la caída del conocido como califato de Estado Islámico en su forma territorial, ya que no controlan ninguna zona en Siria ni en Irak, donde fue derrotado en diciembre de 2017.
Sin embargo, el grupo ha incrementado sus ataques durante los últimos meses, especialmente en el citado triángulo entre las provincias sirias de Alepo, Hama y Raqqa, lo que ha provocado que el Ejército de Rusia haya aumentado igualmente sus bombardeos en apoyo a las tropas gubernamentales, que mantienen un tenso 'statu quo' con las milicias de la región autónoma kurda del noreste del país.