o tiene ni el carisma ni la verborrea de Bill Clinton o Barack Obama, pero Joe Biden, ya oficialmente el candidato demócrata a la Casa Blanca, tiene dos ases en la manga para convertirse en noviembre en el presidente de EEUU, no ser Donald Trump y tener el apoyo de los afroamericanos, que lo auparon en las primarias de su partido.
“Creo que el punto más fuerte de Biden es que no es Donald Trump. En otras palabras creo que una mayoría de votantes en el país ahora mismo está buscando un cambio respecto a lo que hemos visto en los últimos cuatro años con Trump”, dijo el experto en Elecciones y Política Nacional de la Universidad de Emory (Georgia) Alan Abramowitz.
En ese sentido, el analista consideró que Biden ofrece un cambio y al mismo tiempo los votantes se sienten cómodos con él, debido a su larga trayectoria en cargos públicos, en particular con su pasado como vicepresidente de Obama entre 2009 y 2017.
Pero sus fortalezas pueden ser también sus puntos débiles, ya que, a juicio de Abramowitz, puede jugar en su contra el hecho de que haya estado tanto tiempo en política.
Consciente de este posible problema, ha elegido como compañera de fórmula a la senadora Kamala Harris, de 55 años: “Es alguien un poco más joven que él, por lo que ella podría asumir (el puesto) si le pasa algo a Biden en los próximos cuatro años o si él decide no presentarse a un segundo mandato”, reflexionó.
Otro inconveniente de su candidatura es que aparentemente no genera mucho entusiasmo entre los votantes más jóvenes y algunos electores pertenecientes a algunas minorías, ante lo que cuenta también con Harris para contrarrestarlo.
El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Wisconsin-Madison Barry Burden coincidió en que la edad del exvicepresidente, la falta de entusiasmo que genera y su no disposición a hacer una campaña cara a cara pueden ser desventajas frente a Trump.
Pese a esa ausencia de entusiasmo y de carisma, Biden ha batido a los otros 26 candidatos que se postularon a las primarias demócratas, entre los que figuraban la propia Harris y el senador izquierdista Bernie Sanders, que fueron retirándose poco a poco hasta dejar al exvicepresidente como único aspirante a la nominación del partido a la Casa Blanca.
Su secreto: el voto afroamericano y el hecho de que el resto de candidatos demócratas fueran percibidos como “de más riesgo”, como indicó Abramovitz, a la hora de enfrentarse a Trump en los comicios.
Burden puntualizó que son varios los factores por los que Biden ganó la nominación de una manera tan rápida. “Parte del éxito se debe a que los demócratas de la corriente principal lo vieron como una alternativa más aceptable a las políticas más radicales de Bernie Sanders (el último de sus contrincantes en retirarse de las primarias), que fue el candidato a la cabeza después de las tres primarias y caucus iniciales”, recordó el experto de la Universidad de Wisconsin.
En definitiva, “Biden ha tenido más respaldo del aparato demócrata, especialmente entre los seguidores de la Administración de Obama, que cualquier otro demócrata -destacó Burden-. Esa base le ayudó también a salir adelante cuando otros candidatos estaban recaudando más dinero y ganando más competiciones estatales. La percepción de su elegibilidad sobre Trump también fue un activo del que pocos demócratas podían presumir”.
Otro de los grandes apoyos de Biden ha sido su popularidad entre la comunidad negra, que le permitió arrasar en las primarias de Carolina del Sur y otros estados.
De hecho, la votación en Carolina del Sur a finales de febrero supuso el punto de inflexión y el despegue de Biden en las primarias.
Abramovitz explicó que “el hecho de que no hiciera campaña y que no tuviera que gastarse mucho dinero como algunos de los otros candidatos, especialmente Sanders, no importó porque los votantes vieron lo que pasó en Carolina del Sur y su capacidad de unir a los demócratas y de atraer un fuerte apoyo de electores afroamericanos, y pensaron que él podría ser el candidato más fuerte frente a Donald Trump”.
Este tirón entre la minoría negra se debe a que lo ven como un demócrata convencional, que por tanto tendrá más posibilidades de triunfar en noviembre, detalló el experto de la Universidad de Emory.
“Y relacionado con esto -siguió- está que haya servido como vicepresidente de Obama, por lo que sus lazos con él, incluso aunque el expresidente no respaldó a ningún candidato durante las primarias fue una gran ventaja de cara a los votantes afroamericanos”.
A esto se suma, según el analista, que los electores de raza negra prefieren un candidato del ala moderada, porque creen que es el tipo de demócrata con más oportunidades de batir a Trump.
Con esta trayectoria, ambos expertos auguraron que Biden va a movilizar a un gran número de votantes el próximo 3 de noviembre.
Burden señaló que, aunque los partidarios de Biden “no están uniformemente entusiasmados” para votar por él, “son casi unánimes en querer derrotar a Trump. La animosidad hacia Trump ha unido a la coalición demócrata que respaldará a Biden en un alto índice en las elecciones”.