- Decenas de miles de personas se concentraron ayer en Minsk para protestar contra el Gobierno de Aleksandr Lukashenko y la violencia policial utilizada para reprimir las manifestaciones que han tenido lugar días atrás. El presidente lleva 25 años en el poder y acaba de ganar unos comicios que prolongarán su mandato otros cinco años más, aunque la UE y varios organismos internacionales han puesto en duda la validez de las elecciones y el respeto a los pilares fundamentales de la democracia en Bielorrusia. No obstante, Lukashenko rechaza repetir las elecciones y afirma que “ni muerto” sucumbirá ante las presiones externas, ya que achaca la presión mediática que critica el sistema de su país a injerencias extranjeras por intereses geopolíticos, particularmente por parte de la OTAN.
Mientras tenían lugar las protestas, el presidente celebró un mitin en la plaza de la Independencia, ubicada misma ciudad. Varios miles de personas, muchas con banderas bielorrusas, se congregaron frente al Casa del Gobierno.
“Hay tanques y aviones a 15 minutos de vuelo de nuestras frontera. La tropas de la OTAN hacen rechinar las orugas de los tanques junto a nuestra puerta. Lituania. Letonia, Polonia y, lamentablemente, nuestra querida Ucrania nos ordenan celebrar nueva elecciones. Si aceptamos, caeremos en picado”, advirtió Lukashenko, quien subrayó que “la repetición de las elecciones presidenciales supondría la “muerte de Bielorrusia como Estado y como nación”,
“Nos proponen un nuevo gobierno ya lo han formado en el extranjero, ya son dos, no se ponen de acuerdo en quién va a gobernarnos. No necesitamos un gobierno del exterior, necesitamos el nuestro y nosotros lo vamos a elegir”, enfatizó.