- La gestión del coronavirus por parte de las autoridades, la aprobación de un código civil que lleva elaborándose desde 2004 o los progresos en la erradicación de la pobreza protagonizarán los debates de la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular china (ANP) que comienza hoy.
Además, se espera que los casi 3.000 diputados que ahora componen la ANP escenifiquen en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín la victoria contra un virus que en marzo obligó a retrasar la cita política más importante del año en China.
No en vano, esta edición tendrá un marcado acento virtual y se prolongará durante una semana frente a los diez días de otros años, mientras que a las habituales medidas de seguridad se sumarán las de prevención que China ha tomado para mantener a raya al virus.
“Ni un solo incidente debe ocurrir esta semana. Hay que actuar con decisión para garantizar la seguridad de la capital, y eliminar resueltamente todos los riesgos posibles... Pekín aún está en modo de guerra contra la epidemia”, destacaron funcionarios chinos citados por el rotativo Global Times.
El presidente de la ANP, Li Zhanshu, afirmó el pasado martes que ésta tiene lugar en un momento en que la situación epidemiológica en el extranjero es todavía “sombría y compleja” mientras que China ha alcanzado ya “importantes logros” para contener la covid-19.
Así, los diputados harán balance sobre la gestión del virus y debatirán sobre “cómo solucionar deficiencias” en los mecanismos de prevención y control epidémicos y en el sistema nacional de salud pública”, según la agencia estatal Xinhua.
Para los medios oficiales, la reunión, más que hacer autocrítica, servirá para “recobrar la confianza”, “aunar fuerzas” o “fortalecer las salvaguardas legales después del virus”, aunque algunos expertos consideran que el presidente chino, Xi Jinping, tendrá que rendir cuentas por lo ocurrido durante los últimos meses.
“El liderazgo chino está dividido y Xi ha recibido críticas. Su posición es más débil que antes de la pandemia, y tiene que lidiar con el desempleo. Quizá ceda y acepte algunas reformas económicas”, apunta el académico Jean-Pierre Cabestan, director del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Baptista de Hong Kong.
Mientras, el experto Xu Xiujun, de la Academia China de Ciencias Sociales, opina que “no se puede descartar que algunos países adopten una postura de mayor confrontación con China, lo que podría provocar riesgos para el desarrollo del país”.
Con vistas a evitar este escenario, la potencia asiática dará a conocer “políticas de cooperación internacional” para “impulsar la confianza global” y “dar respuesta a la estigmatización de China”, afirma Xu.
En ese sentido, está previsto que el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, comparezca ante los medios el próximo domingo.
Como de costumbre, el primer ministro, Li Keqiang, dará a conocer los objetivos de crecimiento para 2020 y se debatirá sobre cómo “asegurar una victoria decisiva” en la lucha contra la pobreza, uno de los pilares sobre los que se asienta el proyecto político.
Asimismo, en la cita se pasará revista a la labor del Ejecutivo y se deliberará la aprobación de un borrador para un código civil que se comenzó a elaborar en 2014 y que integra “leyes y regulaciones existentes que han sido modificadas para adaptarlas a las nuevas realidades”, según los medios oficiales.
Este texto podría completarse en 2020 y se divide en disposiciones generales y seis apartados relacionados con asuntos de propiedad, contratos, derechos de personalidad, matrimonio y familia, herencia y responsabilidad civil. El régimen comunista defenderá esta ley como una de las patas del “rejuvenecimiento de China” con el que justifica su ejercicio del poder: por ello, integrará “valores socialistas” y “promoverá las virtudes familiares”.
Paro historíco del 6%. El desempleo causado por la pandemia, en especial entre jóvenes y trabajadores migrantes, amenaza una estabilidad económica y social irrenunciable para las autoridades chinas, que conjurarán las políticas para combatir el paro en la reunión anual del Legislativo. Así, el cónclave anual de la Asamblea Nacional Popular tratará de poner sobre la mesa los instrumentos necesarios para capear el temporal que se pueda derivar de una tasa de desempleo urbano en máximos históricos: un 6% en abril, un 5,9% en marzo, un 6,2% en febrero, cuando lo máximo que había alcanzado en 2019 era el 5,3%. Cabe destacar que esas estadísticas son las ofrecidas por el Gobierno, pero analistas independientes como la consultora británica Capital Economics aseguran que la verdadera tasa de desempleo podría situarse en el doble.