Washington - Citar o no a nuevos testigos en el juicio político a Donald Trump, que comenzará mañana en el Senado, es uno de los asuntos sobre los que no se ponen de acuerdo los republicanos y los abogados del mandatario, por un lado, y los demócratas, por otro, que ayer expusieron posturas al parecer irreconciliables. Los progresistas han insistido en varias ocasiones que quieren que comparezcan nuevos testigos durante el proceso en la Cámara Alta, como el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Bolton o el jefe interino de Gabinete, Mick Mulvaney, y han expresado sus dudas de que el líder de la mayoría republicana en esa cámara, Mitch McConnell, vaya a hacerlo.
Hasta el momento, McConnell no ha emitido resolución alguna que marque las normas y el calendario del juicio. Uno de los siete legisladores demócratas que harán de fiscales en el proceso, Jason Crown, subrayó ayer a la CNN la necesidad de que haya testigos. “Todos los testigos relevantes están sobre la mesa. Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que hay documentos también. Este no puede ser el primer juicio político de la historia estadounidense en que no hay ni documentos ni testigos”, indicó. Para poder citar a estos declarantes, los demócratas del Senado necesitarían el apoyo de al menos cuatro republicanos.
El senador conservador Ted Cruz auguró que el juicio político podría durar una o dos semanas, pero que podría prolongarse hasta seis, ocho o más, si finalmente la Cámara aprueba citar a testigos.
De ocurrir finalmente, Cruz consideró que deberían aplicarse unas normas de reciprocidad: es decir, “si la acusación tiene un testigo, la defensa tiene un testigo; si la acusación tiene dos, la defensa tiene dos. Si la acusación llama a John Bolton, la defensa llama a Hunter Biden” (hijo del exvicepresidente y precandidato demócrata Joe Biden). - Efe