Teherán - Los iraníes están consternados y furiosos desde que las Fuerzas Armadas han reconocido que dispararon un misil por error contra un Boeing 737 de Ukraine International Airlines (UIA), causando la muerte a todos sus ocupantes, en su mayoría compatriotas.
Ante una jornada en la que se hicieron numerosos llamamientos en las redes sociales para celebrar una vigilia en honor a las víctimas y protestar contra las autoridades en la plaza Azadi de Teherán, un gran despliegue de antidisturbios trató ayer de impedir las amplias protestas contra el sistema islámico, sin embargo los ciudadanos lograron realizar varias concentraciones de rechazo. Ya caída la noche, más ciudadanos se acercaron a la simbólica plaza y gritaron "el clérigo se tiene que ir", en alusión al sistema teocrático del país, según dijo a Efe Mehdi, uno de los asistentes, quien señaló apresurado en medio del caos que teme que le detengan pero que "es necesario protestar por lo ocurrido".
Los vídeos difundidos en las redes sociales mostraron también pequeñas protestas en otras áreas del centro de Teherán y en las universidades de Amir Kabir, Alameh Tabatabaí y Shahid Beheshtí. "Guardia Revolucionaria inútil, autora del asesinato de la nación" y "Cañones, tanques y gases lacrimógenos ya no tienen efecto, tengan miedo, nosotros todos estamos unidos" fueron algunos de los lemas coreados.
Los antidisturbios se desplegaron ampliamente en otras zonas sensibles de la capital como las plazas Enghelab y Valiasr, así como frente a las universidades de Teherán, según pudo constatar Efe.
Para calentar aun más los ánimos, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo a los dirigentes de Irán "el mundo y EEUU los están observando": "No maten a sus manifestantes", escribió en Twitter.
Las protestas no son de gran envergadura debido al miedo a la represión. Estos temores son fundados ya que en las manifestaciones de noviembre pasado por el aumento del precio de la gasolina murieron al menos 304 personas y miles fueron detenidas, según Amnistía Internacional. Un estudiante universitario, que prefirió identificarse solo por su nombre de pila, Fajr, comentó que "muchos ciudadanos se unirían a las protestas pero que hay miedo".
"El derribo del avión y las mentiras que contaron durante varios días son una vergüenza, es normal que estemos furiosos", afirmó, aludiendo a que las autoridades en principio negaron que el aparato fuera abatido por un misil. Esta rabia convirtió la vigilia de la víspera en la Universidad Amir Kabir en una protesta antigubernamental en la que se gritaron fuertes lemas como "la renuncia (de los responsables) no es suficiente, un juicio es necesario" y "Muerte al dictador", en referencia al líder supremo, Alí Jamenei.
Tensión en Reino Unido Esa concentración, en la que participaron cientos de personas, fue dispersada por la Policía, que también detuvo brevemente al embajador británico en Teherán, Rob Macaire, quien fue convocado ayer por el Ministerio de Exteriores en protesta por su asistencia a una protesta "ilegal". El viceministro de Exteriores iraní, Abas Araqchí, dijo asimismo en Twitter que Macaire fue "arrestado como un extranjero desconocido en una reunión ilegal" y que fue liberado al poco tiempo de conocerse su identidad.
El diplomático británico fue detenido poco después de asistir a una vigilia en honor a los fallecidos, entre ellos tres británicos, en el derribo del avión ucraniano en Teherán. "Puedo confirmar que no participé en ninguna manifestación. Fui a un evento anunciado como una vigilia por las víctimas de la tragedia #PS752 (...) Me fui después de cinco minutos, cuando algunos comenzaron a corear (lemas)", precisó ayer en Twitter el embajador.
Desde Londres, el secretario de Estado de Seguridad del Reino Unido, Brandon Lewis, afirmó que la prioridad ahora del Gobierno británico respecto a Irán es tratar de "desescalar" las tensiones.
En este ambiente de tensión, varios diputados iraníes plantearon en una sesión del Parlamento expulsar al embajador, una demanda que también corearon las alrededor de 200 personas que se manifestaron frente a la embajada británica. Los manifestantes pidieron, asimismo, el cierre de la embajada en Teherán, gritaron "Muerte al Reino Unido" y prendieron fuego a la bandera británica.
En medio de estas protestas, los ataques de represalia continuaron ayer. Al menos cuatro miembros de las Fuerzas Aéreas de Irak resultaron heridos por el impacto de cohetes en la base militar de Al Balad, en la que están presentes tropas de EEUU y ubicada en la provincia de Saladino, en el centro del país.
Para profundizar más la crisis entre Teherán y Washington, el secretario de Defensa de EEUU, Mark Esper, admitía ayer que no ha visto ninguna "prueba" concreta de que el general iraní Qasem Soleimaní planeara atacar cuatro embajadas de ese país, como afirmó Trump. "El presidente no citó una prueba en concreto y yo no he visto ninguna, en lo que a las cuatro embajadas se refiere", dijo Esper en entrevista al programa televisivo Face The Nation de CBS News.
El jefe del Pentágono matizó, sin embargo, que está de acuerdo con Trump en que "es probable que (los iraníes) fueran a atacar las embajadas porque son el punto más destacado de la presencia estadounidense en un país". Sus declaraciones añaden dudas al cambiante relato del presidente de EEUU para justificar la misión contra Soleimaní, ya que el presidente dijo inicialmente que el jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní planeaba ataques indefinidos contra objetivos estadounidenses, luego precisó que quería "volar" la embajada en Bagdad y después habló de planes contra otras misiones diplomáticas. "Puedo revelar que creo que probablemente habrían sido cuatro embajadas", indicó Trump en una entrevista el viernes a la cadena Fox News.
Esper defendió que el mandatario nunca habló de pruebas en el caso de las cuatro embajadas, sino que dijo que "creía" que ese era el plan de Soleimaní, y aseguró que él comparte ese análisis. De lo que sí vio "pruebas" el secretario de Defensa fue de que Soleimaní planeaba atacar la embajada estadounidense en Bagdad, resaltó Esper en otra entrevista a la CNN.