Budapest - Los colegios electorales de Hungría cerraron ayer en Hungría en medio de una alta participación y gran expectativa respecto a si el controvertido primer ministro, el conservador nacionalista Viktor Orban, logra revalidar su tercer mandato con mayoría absoluta.

Los últimos datos de participación recogidos a las 18.30 hora local (16.30 GMT) era del 68,1%, muy cerca de la participación récord recogida en el año 2002 (70%). Según los analistas, la alta participación podría causar una sorpresa electoral en favor de la oposición, ya que esos partidos podrían beneficiarse más que la formación oficialista Fidesz.

Puesto que en dos colegios electorales, a la hora de cierre, hubieron de esperar a centenares de electores para que pudieran emitir sus votos, la Oficina Nacional Electoral (NVI) informó de que los primeros resultados serían publicados a partir de 21.30, sin embargo, al cierre de esta edición se habían ofrecido resultados de esta jornada electoral que transcurrió con total normalidad.

Después de ocho años de reformas para modelar el Estado húngaro con el fin de hacerse con mayor poder, Viktor Orbán se sometía ayer a las urnas para probar si los húngaros continúan apoyando el populismo y el nacionalismo de su discurso y le daban los votos que avalen el tercer mandato consecutivo del líder del ultraconservador Fidesz.

Los expertos advierten de que la alta participación que se dio ayer, que se acercó se acerca al 70%, la oposición podría tener opciones. Y la afluencia de votantes así lo fue ayer.

Orbán, el líder estudiantil que luchó contra la dictadura comunista húngara, el político que fuera la gran promesa liberal de las recién estrenadas democracias del centro y del Este de Europa, representa una de las voces más ultraconservadoras de la UE.

El primer ministro húngaro está al frente del bloque de la Europa del Este, donde sus discursos populistas elevan su prestigio y popularidad. Es un hombre que se presenta así mismo a sí mismo como el gran defensor y salvador de los valores cristianos tradicionales.

Tanto en Bruselas, como en el resto de estados de la UE tienen puesto el ojo en lo que decidan los húngaros en estos comicios.

Su victoria daría fortalecería el músculo de la alianza forjada con los países de la región, a los que lidera como euroescéptico en contra de una ampliación e integración con la UE y en su rechazo a la política migratoria común. “

Un amplio triunfo significaría que su ideario radical ha calado en la ciudadanía, especialmente fortalecido por sus discurso contra la inmigración -centro de su campaña-. Orbán considera invasores a los inmigrantes ilegales y cree que son una amenaza para la soberanía de Hungría y la identidad nacional. - DNA