Pekín - Los primeros ministros de China y Reino Unido, Li Keqiang y Theresa May, mantuvieron ayer un encuentro donde el mandatario chino aseguró que no habrá cambios en la relación bilateral tras el Brexit, y a cambio logró que Londres diera su apoyo expreso a los ambiciosos planes chinos de inversión global. “Nuestra relación no se modificará pese a los cambios de relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea”, aseguró Li en la rueda de prensa posterior al encuentro de algo más de una hora entre ambos mandatarios, celebrado en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín y que culminó con la firma de varios acuerdos bilaterales.

May defendió que la salida del Reino Unido de la UE prevista en 2019 hará que Londres “mire más al exterior”, y que en este sentido China es un importante socio para profundizar lazos económicos, deslizando la posibilidad de un futuro acuerdo de libre comercio entre ambas potencias. “Cuando salgamos de la UE nos convertiremos en un país capaz de operar políticas independientes para firmar acuerdos de libre comercio con el resto del mundo”, subrayó la primera ministra británica en su comparecencia junto a Li, añadiendo que será cuando tengan “esa libertad” cuando puedan hacer “arreglos” con Pekín. Como muestra del acercamiento comercial a China que Londres busca para “compensar” el Brexit, Li y May anunciaron ayer un mayor acceso de productos británicos al mercado chino, desde un futuro levantamiento del veto a la carne de vacuno del Reino Unido a una mayor entrada de productos agrícolas o lácteos. “China es una potencia agrícola y tenemos suficiente suministro para el mercado interno, pero queremos dar a los consumidores más opciones de productos de alta calidad y estamos preparados para comprar más del Reino Unido”, subrayó al respecto el mandatario chino.

May también señaló que China abrirá su mercado financiero al poderoso sector bancario británico, y Li destacó que en las reuniones de empresarios y altos cargos que China y Reino Unido mantendrán durante esta visita oficial se analizará una posible conexión de las bolsas de Londres y Shanghái.

También expresaron la confianza en que se firmen en los encuentros de esta semana acuerdos empresariales por valor de 9.000 millones de libras (10.000 millones de euros, 12.000 millones de dólares).

el ‘Plan Marshall chino’ A cambio de los apoyos económicos de China al Reino Unido del Brexit, May dio ayer por primera vez su expreso visto bueno a las Nuevas Rutas de la Seda, el ambicioso proyecto de inversión mundial en telecomunicaciones e infraestructuras chino, que ya se traduce en obras en numerosas economías de Asia o África. Pese al recelo de países como el propio Reino Unido, ya que algunos ven el Plan Marshall chino como una excusa para aumentar su influencia política y estratégica, May aseguró que su Gobierno “da la bienvenida a las oportunidades que generan las Nuevas Rutas de la Seda para dar prosperidad y crecimiento estable”. Aunque May no participó en mayo del año pasado en la cumbre que Pekín acogió para promocionar esos planes, ayer defendió que el Reino Unido fue uno de los primeros países en unirse al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, la entidad que Pekín creó para costear una iniciativa que ya mueve 900.000 millones de dólares.

En su primera visita oficial a China -aunque ya estuvo en este país en 2016 durante la cumbre del G20 de Hangzhou-, May viaja acompañada de la mayor delegación empresarial que el país ha llevado al gigante asiático, formada por representantes de 50 grandes firmas británicas, desde HSBC a Jaguar Land Rover, BP o Standard Chartered.

Los analistas ven este viaje como un cierto giro en la política exterior de May, en general más reacia a acercarse a China que su antecesor David Cameron, para paliar los efectos negativos que en el Reino Unido tendría el Brexit y las arduas negociaciones con Bruselas para conseguirlo. El último gobernador británico en Hong Kong, Chris Patten, pidió esta semana a May que discutiera con los líderes chinos el creciente declive en libertades de esa excolonia, pero en la rueda de prensa ni ella ni Li aludieron a ese territorio, en una aparente concesión más de Londres para ganarse el apoyo de Pekín.

Los primeros ministros de China y el Reino Unido trataron también la crisis norcoreana en su encuentro bilateral en Pekín y, según la mandataria británica, coincidieron en que las frecuentes pruebas nucleares y de misiles de Pyongyang son una “inaceptable amenaza a la paz”.

“Acordamos que la búsqueda por parte de Corea del Norte de armamento nuclear y de misiles es una inaceptable amenaza a la paz y la estabilidad”, destacó May en su comparecencia conjunta con Li al término de la reunión que ambas delegaciones mantuvieron en el Gran Palacio del Pueblo pequinés.

China y el Reino Unido, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, coinciden también en que “el completo cumplimiento de las resoluciones de la ONU es vital para persuadir a Corea del Norte para que cambie su dirección y abandone sus actividades ilegales”, añadió la mandataria británica. Li se limitó a señalar que la cuestión norcoreana y otros asuntos internacionales de interés común fueron analizados en la reunión.