Kiev - Ucrania y los separatistas prorrusos efectuaron ayer el mayor canje de prisioneros de guerra desde el estallido del conflicto en 2014, con mediación de la Iglesia Ortodoxa Rusa. “Estoy seguro de que este importante paso nos pone ante la perspectiva del arreglo pacífico del conflicto, del cese de las hostilidades y de la solución del asunto sobre el retorno del Donbass a Ucrania y de Ucrania al Donbass”, afirmó el político ucraniano Víctor Medvedchuk, autor de la iniciativa.
Hizo falta más de un año de negociaciones, que estuvieron salpicadas de numerosos retrasos, para que ambas partes pudieran llevar a cabo el intercambio, la primera buena noticia en el este de Ucrania en mucho tiempo. Tuvo que entrar en escena el presidente ruso, Vladímir Putin, que convenció a los dirigentes separatistas para que accedieran a liberar a los soldados ucranianos antes de finales de año.
Los negociadores ucraniano, Leonid Kuchma, y ruso, Boris Grizlov, se congratularon de que los prisioneros de guerra de ambos bandos puedan “volver a casa y recibir el Año Nuevo en compañía de sus familias”. Kiev se comprometió a entregar 306 prisioneros de guerra y las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk accedieron a liberar a 74 soldados gubernamentales, entre ellos diez mujeres, a las que habían indultado esta misma semana.
Los prorrusos cumplieron su parte, ya que los separatistas de Donetsk enviaron en autobús a la parte controlada por el Ejército ucraniano a 57 soldados, mientras sus aliados de Lugansk hicieron lo mismo que otros 16 militares ucranianos. “Todos los rehenes ya están en territorio controlado por nuestro Ejército”, confirmó Petró Poroshenko, el presidente ucraniano, en su cuenta de Facebook, que incluso habló por teléfono con uno de los liberados. Todos menos uno, ya que optó por permanecer en Donetsk.
Lo mismo ocurrió con otros 60 prisioneros de guerra en manos de Kiev, ya que, según el Gobierno ucraniano, 42 de ellos ya habían sido liberados con anterioridad, por lo que ni siquiera se personaron en el lugar del canje. “Además, una veintena cambió de idea en el último momento”, explicó Irina Gueráschenko, portavoz oficial del Gobierno ucraniano. Esa negativa a regresar a las zonas prorrusas fue verificada en presencia de representantes de la Cruz Roja en una zona neutral del puesto de control ucraniano de Mayorsk, cerca de la ciudad de Górlovka (Donetsk). En cambio, algunos medios rusos denunciaron que Kiev mintió y que, en realidad, 14 de esos prisioneros prorrusos no se negaron a ser canjeados sino que fueron retenidos en el último momento por las autoridades ucranianas.
La mediación correspondió a la Iglesia Ortodoxa Rusa, cuyo patriarca, Kiril, se reunió el lunes con los dirigentes separatistas para acordar los términos del canje, que contó con la presencia de representantes de la misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa. Medvedchuk adelantó que en una futura segunda fase Kiev podría liberar a 74 prorrusos y los separatistas, por su parte, a 29 prisioneros reclamados por las autoridades ucranianas. - Efe