Washington - El exvicepresidente estadounidense Dick Cheney cree que la supuesta injerencia rusa en las elecciones del pasado noviembre en EEUU puede considerarse un “acto de guerra” y no duda de que hubo “un esfuerzo muy importante” por parte del líder del Kremlin, Vladimir Putin, para interferir en ese proceso. “No hay duda de que hubo un esfuerzo muy importante del señor Putin y su Gobierno, su organización, para interferir de manera grave en nuestros procesos democráticos básicos, fundamentales”, sostuvo Cheney durante un discurso pronunciado el lunes en Nueva Delhi y reproducido ayer por varios medios de EEUU. Según Cheney, “en algunas partes, eso sería considerado un acto de guerra”. “Creo que es un tipo de conducta y actividad que veremos en el futuro. Sabemos que él (Putin) lo ha intentado previamente en otros Estados, en los países bálticos”, agregó el exvicepresidente sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos, ganadas por el ahora presidente, Donald Trump, frente a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Tanto la Cámara de Representantes como el Senado de EEUU investigan supuestos intentos de Moscú de influir en esas elecciones, así como los presuntos vínculos de la campaña de Trump con el Kremlin.

En una serie de mensajes publicados anoche en su cuenta personal de Twitter, Trump sostuvo que las acusaciones sobre sus supuestos vínculos con Rusia son una “patraña” y que el Congreso debería investigar al matrimonio formado por Bill y Hillary Clinton, y no a él.

Las investigaciones sobre esos supuestos vínculos con Rusia han alcanzado ya al círculo más cercano a Trump, concretamente a su yerno y asesor, Jared Kushner. La Casa Blanca adelantó este lunes que Kushner testificará “voluntariamente” sobre sus contactos con funcionarios rusos ante el comité de Inteligencia del Senado. La semana pasada, el director del FBI, James Comey, confirmó que desde julio esa agencia está investigando los supuestos intentos de Rusia de influir en las elecciones.

Para complicar más las cosas, Trump afirmó a comienzos de marzo que el expresidente Barack Obama ordenó interceptar sus comunicaciones en la Torre Trump de Nueva York, una acusación que no ha respaldado con ninguna prueba.

El presidente del comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Devin Nunes, levantó aún más polvo cuando aseguró la semana pasada que había informado a Trump de la posibilidad de que sus comunicaciones hubieran sido interceptadas. - Efe