Berlín - La Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel se impuso ayer claramente al Partido Socialdemócrata (SPD) que lidera Martin Schulz en el primer pulso del año electoral alemán, en el estado federado de Sarre y a seis meses de los comicios generales en que ambos lucharán por la Cancillería. El llamado efecto Schulz -repunte atribuido por los sondeos al SPD bajo el liderazgo del expresidente del Parlamento Europeo- no existió, por lo menos no se dio a escala del pequeño Land del Sarre donde ayer se celebraron comicios regionales.

La CDU de Merkel, fuerza dominante en ese estado federado desde hace 18 años, obtuvo un 40%, lo que no solo la confirma como primera fuerza regional, sino que supone un incremento de casi un 5% respecto a las regionales de 2012.

El SPD quedó prácticamente inalterable en un 30%, según las proyecciones de voto difundidas por la televisión pública ZDF, aproximadamente una hora después del cierre de los colegios electorales. El líder izquierdista en ese estado federado es el veterano Oskar Lafontaine, quien en 1999 provocó un cisma en el SPD al abandonar la jefatura de la formación y el Gobierno del entonces canciller Gerhard Schröder, en desacuerdo con la línea centrista de éste.

Lafontaine se llevó consigo el ala más izquierdista, fundó su propio partido y se fusionó con los poscomunistas del este, algo difícilmente digerible aún para buena parte del electorado alemán.

Todo apunta a una reedición de la gran coalición que gobierna ahora en el Sarre, la misma constelación que a escala federal dirige Merkel en Berlín y que este Land lidera su correligionaria Annegret Kramp-Karrenbauer

Una semana después de haber sido elegido líder del SPD con el 100% por sus correligionarios, Schulz admitió su “decepción” por el resultado de su partido ayer. Lo ocurrido en el Land, donde se había pronosticado un codo a codo entre las dos grandes formaciones, deja cuando menos en entredicho los sondeos que apuntan a un empate técnico al 33% entre sus filas y las de la canciller en las generales del 24 de septiembre.

“La buena noticia es que ha habido una alta movilización. Y esto es bueno para todas las fuerzas democráticas”, apuntó Schulz, en una primera reacción ante la televisión pública, en alusión al 70% de participación, casi diez puntos por encima de la registrada en el año 2012. La teórica competencia entre iguales entre el bipartidismo tradicional actuó, según los primeros análisis, en detrimento de las formaciones minoritarias.

En tercera posición quedó La Izquierda, con un 12,9 % (tres puntos menos que en 2012), lo que aleja al SPD de una hipotética alianza con ese partido, surgido de la escisión provocada en 1999 en las filas socialdemócratas por el veterano Oskar Lafontaine.

La posibilidad de que el SPD y esa formación izquierdista llegasen a ser una alternativa de poder habría disparado también las expectativas ante una constelación semejante a escala nacional, capaz de asumir el poder en Berlín y apuntalada por Los Verdes.

Mientras, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se situó en un 5,9% y logra así entrar otra cámara regional, la undécima del total de 16 estados federados del país. Ello apuntala sus expectativas de acceder al Bundestag, algo que en toda la historia no logró ninguna formación de ese espectro.

Sin embargo, aparentemente se ha roto la línea ascendente de esa formación, inmersa en una sucesión de trifulcas internas, o al menos ha perdido ímpetu respecto al año pasado, en que obtuvo el resultado récord del 24 % en Sajonia Anhalt o, en lo que respecta al oeste, del 15% en Baden Württemberg.

Los Verdes, fuera Los Verdes, socio tradicional del SPD, quedaron fuera de la cámara regional, con un 4,1% -el mínimo para obtener escaños es el 5%-, el Partido Liberal (FDP) se situó en el 3,3% y los Piratas, fuerza emergente hace apenas cinco años, cayeron a un mínimo 0,7%.

Situado en la frontera con Francia y Luxemburgo, Sarre es el estado federado más europeísta, una condición heredada por los avatares vividos en su historia reciente. Es por eso que la región está considerada una especie de precursora de la integración europea. No en vano, junto con Lorena, en Francia, y Luxemburgo integra una Eurorregión en la que la colaboración entre fronteras y la simbiosis cultural forman parte de la vida cotidiana.