Beirut - La cárcel de Saidnaya, al norte de Damasco, se ha convertido en los últimos cinco años en un “matadero humano”, según Amnistía Internacional (AI), que ayer denunció que unas 13.000 personas, la mayoría civiles que se cree que eran opositores, podrían haber muerto allí ahorcadas extrajudicialmente. En un informe, la ONG reveló que entre 2011 y 2015 se realizaban en la prisión ahorcamientos de grupos de medio centenar de reclusos una o dos veces por semana, en mitad de la noche y en secreto, una práctica que es posible que continúe en vigor.
Los ahorcamientos solían producirse los lunes o los miércoles. Los prisioneros eran llamados por sus nombres y se les comunicaba que iban a ser trasladados a otras cárceles, pero, en realidad, eran transferidos con los ojos vendados a otra celda de Saidnaya, donde eran golpeados y después ahorcados. - Efe