Berlín/parís - Un día después de mostrar su apoyo al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, por el intento de golpe de Estado, los líderes de la Unión Europea y Estados Unidos han pasado a las llamadas de atención a su socio por la purga que ha iniciado en la Judicatura y el Ejército. El primero en hablar fue el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, quien advirtió a Erdogan de que el fallido de golpe de Estado no supone un “cheque en blanco”. “Queremos que funcione plenamente el Estado de Derecho”, manifestó Ayrault. “La venganza y la arbitrariedad no contribuirán a la pacificación. La protección de los derechos de un acusado es uno de los fundamentos de un Estado de Derecho”, apuntó por su parte el ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, del Partido Socialdemócrata (SPD).
Sin embargo, las mayores tensiones se produjeron con Estados Unidos. Tras el intento de golpe de Estado, Erdogan criticó a Washington por albergar en su territorio al predicador islamista Fethullah Gülen, al que Ankara considera responsable del intento golpista. Ayer, el secretario de Estado estadounidense, en la misma línea que Francia y Alemania, llamó a Turquía a “no llegar tan lejos como para crear dudas sobre su compromiso con el proceso democrático”. También el presidente Barack Obama llamó a la contención y a respetar el Estado de Derecho.
Kerry también instó a Turquía a presentar pruebas de que Gülen es responsable del intento de golpe de Estado. El jefe de la diplomacia estadounidense, que se encuentra de visita oficial en Luxemburgo, pidió a Erdogan que comparta pruebas de la implicación del controvertido predicador con los servicios estadounidenses. “No hemos recibido ninguna petición del Gobierno turco” sobre la extradición de Gülen, indicó Kerry, aunque sí que señaló que “esperamos que haya preguntas” sobre él.
Pacto con la UE Por otra parte, el Gobierno alemán no considera que el acuerdo entre Turquía y la Unión Europea sobre refugiados esté en peligro, pese a las advertencias lanzadas desde el propio Berlín contra una purga por parte de Ankara como reacción a la intentona golpista del pasado viernes.
“No hay por el momento nada que apunte a que se acuerdo está en peligro”, afirmó Peter Altmaier, ministro de la Cancillería y coordinador para la acogida de refugiados. Altmaier, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, añadió que se “parte de la base” de que ambas partes “cumplirán con sus compromisos”, en alusión a los términos del pacto, suscrito el pasado marzo en un intento por frenar la llegada de refugiados a territorio comunitario.
El pacto fue impulsado principalmente por Alemania, en medio de las tensiones políticas y sociales creadas por la llegada incesante de refugiados -1,1 millones de peticionarios de asilo recibió ese país en 2015-. Altmaier admitió, sin embargo, que antes ya del intento golpista había “preocupación” en Berlín por las presiones sobre las medios críticos o la oposición en Turquía. - Efe