londres - Los primeros nombramientos de la nueva primera ministra británica, Theresa May, no defraudaron. Por un lado, se mostró desafiante al nombrar a la principal figura del Brexit, Boris Johnson, como ministro de Asuntos Exteriores, y también hizo un desplante a George Osborne, hasta ahora ministro de Hacienda y mano derecha de David Cameron.
Pasadas las ocho de la tarde, tras su reunión con la Reina Isabel II en el palacio de Buckingham y tomando sus primeras decisiones como primera ministra, dio la gran sorpresa con el nombramiento de Johnson. Muchos contaban con que estaría en el nuevo gobierno, pero sonaba para la cartera de Cultura. Sin embargo, tras su sucia campaña del referéndum, regresa a Downing Street por la puerta grande aunque no sea como primer ministro. May pretender así tenerlo controlado y dejar contentos a los partidarios del Brexit en filas conservadoras.
Los que sí acertaron las quinielas fueron los que veían a Philip Hammond como nuevo ministro de Hacienda. Hammond fue ministro de Asuntos Exteriores con Cameron de 2014 hasta ahora y es uno de los apoyos más fuertes de May.
May también nombró a Liam Fox, el primer candidato en caer eliminado de las primarias conservadoras, como ministro de Comercio Internacional, una cartera de nueva creación, al igual que el ministerio para el Brexit, que estará liderado por David Davis, perdedor de las primarias conservadoras en 2005, cuando salió elegido David Cameron.
Parece que la estrategia de Londres pasa ahora por la propia May junto a Davis para pilotar las negociaciones con Bruselas para la salida, mientras que Johnson y Fox tenderán lazos con el resto mundo. Uno de los pocos ministros que repiten del gabinete Cameron es Michael Fallon, quien seguirá de ministro de Defensa. Muchos conspiraban hasta qué punto May iba a nombrar a un gabinete de fuerte presencia de mujeres, por su lado feminista, pero finalmente en su núcleo duro solo estará Amber Rudd, como ministra del Interior. Ésta tendrá que compartir gobierno con Johnson, de quien en campaña dijo que se fiaba tan poco que nunca dejaría que la llevara a casa. - R.A.T.