La marcha en Nueva York, que se realiza anualmente desde 1970, comenzó al mediodía cerca del Empire State y terminó en Stonewall Inn, en el barrio Greenwich Village, el lugar de nacimiento del movimiento por los derechos de los homosexuales y el nuevo monumento nacional.
Hillary Clinton, la precandidata demócrata a la Presidencia, se unió a la marcha durante parte del trayecto, en una aparición inesperada. La ex secretaria de Estado caminó junto al gobernador del estado de Nueva York Andrew Cuomo y el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
La Policía había aumentado la seguridad después de que un hombre que había declarado lealtad al grupo yihadista Estado Islámico matara el 12 de junio a 49 personas en la discoteca Pulse, en Orlando, en el tiroteo masivo más letal en la historia moderna del país.
"Este desfile es Nueva York diciendo desafiante: 'Le haremos frente al odio'", ha dicho de Blasio al final de la marcha. "Le haremos frente a aquellos que intentarán socavar nuestros valores", ha agregado.
Durante la jornada, se han celebrado sin problemas los desfiles en Nueva York, Chicado, San Francisco y otras ciudades, si bien el ambiente ha sido contenido para un evento que en los últimos años se había transformado de una marcha de protesta contra el acoso policial a una fiesta.
"Solo existir y ser gay es peligroso, pero es también emocionante y un poco sobrecogedor ver este tipo de celebración", ha manifestado Caroline Foley, una adolescente de 15 años que se identifica como homosexual, mientras observaba su primer desfile del orgullo gay en la calle Market Street en San Francisco.
Al frente del desfile en Chicago, un grupo portó fotografías de las 49 víctimas de la masacre en Orlando. Posteriormente, un grupo de participantes se vistió con elaborados disfraces con los colores del arcoiris hechos con cientos de globos y llevó enormes letras formando la palabra 'Pulse'.