Ankara - Turquía aumentó ayer la presión contra el YPG, las milicias kurdas de Siria a las que bombardea desde el sábado, al acusarlas del atentado suicida que provocó el miércoles la muerte de 29 personas en Ankara, incluido el terrorista, una autoría que ese grupo ha negado categóricamente. A su vez, las fuerzas turcas bombardearon ayer las posiciones del grupo armado kurdo YPG, en respuesta al ataque previo.
Tanto el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como el primer ministro, Ahmet Davutoglu, acusaron ayer directamente al YPG, una organización hermana de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) con la que el Estado turco lleva treinta años en guerra.
“Incluso si aquellos que están en la cúpula, sea del PKK o del PYD (el brazo político del YPG), dicen que no tienen nada que ver con el asunto, nuestro Ministerio del Interior y nuestros servicios de inteligencia han reunido informaciones y evidencias que concluyen que fueron ellos”, acusó Erdogan.
El presidente explicó que 14 personas fueron detenidas en relación a este ataque. Un diario cercano al Gobierno informó ayer de que un supuesto refugiado sirio, al que se habían tomado las huellas dactilares a su entrada en el país, cometió el atentado contra un convoy militar, que dejó 28 muertos, además del terrorista, y 61 heridos.
medidas necesarias Davutoglu extendió su acusación al régimen sirio y dijo que su país se reserva el derecho a tomar las medidas necesarias. El jefe del Gobierno insistió en definir tanto al YPG como al PKK como grupos terroristas. “Insto a la comunidad internacional, a aquellos que aún no ven al YPG como organización terrorista (a entender) que el PKK y el YPG actúan juntos y atacan al pueblo de este país”, aseguró.
Turquía criticó duramente a Estados Unidos por tener contactos con la milicia kurda de Siria, a la que Washington considera una aliada en la lucha contra el grupo yihadista EI.
Desde el Departamento de Estado de EEUU se insistió la semana pasada en no calificar como terrorista a este grupo, lo que provocó incluso que Erdogan acusara a Washington de “causar un río de sangre” al mantener esa alianza. - Efe