madrid -El Partido Justicia y Desarrollo (AKP), la formación islamista de Turquía en el poder, renovó ayer su mayoría absoluta que mantiene desde 2002, con la única interrupción de las elecciones de junio pasado. Con este triunfo en las segundas elecciones legislativas turcas en lo que va de año, el AKP del primer ministro, Ahmet Davutoglu, inicia su cuarta legislatura, que durará hasta 2019. El AKP consiguió ayer el 49,3% de las papeletas, suficiente para una cómoda mayoría de 316 diputados en un hemiciclo de 550 escaños, según los cálculos tras el escrutinio de más del 97% de los votos difundidos por la agencia semipública Anadolu. Este resultado está muy por encima de los 258 escaños que AKP obtuvo en junio pero algo por debajo de los 327 que sacó en 2011 y no llega a las tres quintas partes de los escaños exigidos para convocar un referéndum sobre una reforma constitucional.

En la anterior campaña electoral, el AKP se presentó y fracasó con la aspiración de reformar el sistema parlamentario turco y otorgar poderes ejecutivos al presidente, Recep Tayyip Erdogan, opción por ahora descartada. La participación en las urnas fue del 85,8 %, algo mayor que la registrada en junio, señala Anadolu. El ganador de la noche, Davutoglu, se dirigió brevemente a sus seguidores en su ciudad natal, Konya, donde horas antes había votado, y les agradeció la victoria. “Es el día del triunfo, pero también el día de la modestia” dijo, tras invocar reiteradamente a Dios y prometer que el AKP “trabajará sin descanso para sembrar amor”. “Hoy no hay rivales, no hay enemigos en este país. Quiero hacer un llamamiento a quienes no votaron al AKP para que no se sientan derrotados: este triunfo no es nuestro sino que pertenece a la nación”, proclamó Davutoglu. Poco antes había difundido un mensaje más escueto en su cuenta oficial de Twitter: “Gracias a Dios...”

revés a la oposición La oposición ha sufrido un severo varapalo en estas elecciones, ya que los otros tres partidos presentes en el hemiciclo habían basado su campaña precisamente en el objetivo principal de impedir una mayoría absoluta del AKP y forzar un gobierno de coalición. El partido socialdemócrata CHP ha incrementado sus votos en medio punto desde junio y se queda en el 25,4%, lo que le permite ganar dos escaños y tener a 134 diputados, según Anadolu. El gran perdedor es el ultranacionalista MHP, que ha bajado del 16,2 al 12%, con lo que se convierte en el cuarto y último partido del hemiciclo, con 41 diputados, por detrás de su archienemigo, el izquierdista y prokurdo HDP, que contará con 59 escaños.

Pero este partido también pierde, dado que del llamativo 13,1% que logró en junio ha caído al 10,6%, a pocas décimas de la barrera electoral que durante años impidió la presencia parlamentaria de un partido que defiende a la minoría kurda.

De hecho, el objetivo del AKP fue empujar al HDP por debajo de este umbral, algo que no ha conseguido “pese a una competición dura e injusta”, según afirmó la copresidenta del HDP, Figen Yüksekdag. Selahattin Demirtas, el otro copresidente, señaló que el HDP obtuvo este resultado pese a no celebrar siquiera mítines desde que el 10 de octubre pasado un doble atentado suicida del grupo terrorista Estado Islámico en Ankara segara 102 vidas en una marcha por la paz.

Los analistas destacan la apuesta acertada del presidente Erdogan, al que se le atribuye la decisión de no facilitar la búsqueda de coaliciones tras las elecciones de junio sino forzar nuevas elecciones para que el partido que fundó, el AKP, recuperase la mayoría absoluta.

Opinan que una importante parte de los votos que perdió el ultranacionalista MHP ha ido al AKP debido a que el Gobierno abandonó el proceso de paz con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda. La ruptura llevó al PKK a poner fin a su alto de fuego de dos años en julio, y Gobierno y guerrilla se enzarzaron en duros enfrentamientos que costaron más de 130 vidas entre soldados y policías, y un número probablemente mayor en el bando rebelde. También los votos de otros partidos menores que no entraron en el Parlamento se han reducido casi a la mitad, y es de imaginar que han ido al AKP. Al mantener Erdogan un perfil más bajo, esta victoria es en primer lugar un triunfo de Davutoglu. Pero queda por ver si con este respaldo público el primer ministro hará una política más independiente de las indicaciones del jefe de Estado, su mentor, o si utilizará su renovada legitimidad para cimentar la posición de Erdogan como líder del islamismo político en Turquía. - Efe