Túnez - El grupo terrorista Estado Islámico reivindicó el atentado de Túnez y además aseguró que prepara más ataques. Los yihadistas anunciaron en sus perfiles en las redes sociales que “el soldado del Califato Abu Yahya Al-Qayrawani atacó el Hotel Imperial”, y que los fallecidos eran “de la alianza cruzada que combate el Estado del califato”. El grupo terrorista quiso justificar su atentado asegurando que atacó los “antros de fornicación, de vicio y de apostasía de la ciudad de Susa”.

Los expertos siempre han considerado a Túnez como un país abierto y moderno, con una sociedad avanzada y que, por tanto, podría ser objetivo de los extremistas. “Lo cierto es que el radicalismo no es algo de ahora, tiene hondas raíces”, explica el periodista local Hedi Yahmed. Autor del libro Las tres generaciones del yihadismo en Túnez, Yahmed argumenta que la primera de esas generaciones se construyó en la década de los ochenta con una serie de clérigos que emigraron al golfo Pérsico y entraron en contacto con el salafismo y el wahabismo, la mayoría se sumaron después a la red terrorista Al Qaida y combatieron en Afganistán y Sudán antes de regresar al país. “La segunda generación es la que yo denomino yihadistas de la cárcel. Comienza tras el atentado de 2002 en una sinagoga de la isla de Yerba”, en la que murieron 21 turistas extranjeros, en su mayoría alemanes y franceses. “La tercera generación es la de la revolución. La amnistía decretada tras la caída de Ben Ali permitió que casi todos ellos salieran”, señala el periodista, director del diario digital en lengua árabe Hakakais. - Efe