Múnich. Teherán y Washington abogaron ayer en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC) por desterrar la desconfianza mutua de cara a la próxima reanudación de las negociaciones sobre el controvertido programa nuclear iraní. El foro conocido como el Davos de la defensa, que celebró su 50 edición entre el viernes y ayer, ha dado la posibilidad a ambos actores a presentar sus posturas, demandas y actitudes de cara al encuentro y de arrojar algo de optimismo a una conferencia lastrada por el bloqueo y el inmovilismo internacional, tanto en Siria como en Ucrania.

Tras reunirse con el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, aseguró que es "importante" que en el próximo encuentro "ambas partes", Irán y los representantes de la comunidad internacional (los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania), "negocien de buena fe", según un comunicado de la Secretaría de Estado. Esta próxima cita tendrá lugar el 18 de febrero en el edificio de las Naciones Unidas en Viena, según confirmaron ayer varias fuentes en la MSC.

Además, el secretario de Estado recordó que las partes implicadas deben "atenerse a sus compromisos", adoptados en el Plan de Acción Conjunto. Mientras tanto, Kerry aseguró que Washington "continuará manteniendo las sanciones actuales", aunque fuentes del Senado estadounidense añadieron poco después que no tienen previsto aprobar nuevas sanciones económicas contra Teherán. Zarif lamentó en su intervención ante la MSC el "déficit de confianza" mutuo que lastra las negociaciones y abogó por acudir a la reunión con "voluntad política", olvidar narrativas partidistas y mostrarse pragmático.

El jefe de la diplomacia iraní afirmó que buscará un "acuerdo a largo plazo" con la comunidad internacional, porque cualquier otra salida sería contraproducente para todas las partes. Zarif agregó con respecto a los compromisos previos que Teherán ha cumplido con las condiciones acordadas e indicó que Estados Unidos ha mostrado su disposición a llevar a cabo su parte, lo que resulta esperanzador.

No obstante, el ministro iraní precisó dos requisitos generales que su país considera irrenunciables: la búsqueda de una "solución equilibrada" y el establecimiento de un marco de relaciones justo y entre iguales entre Teherán y la comunidad internacional. Yukiya Amano, secretario general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), indicó al intervenir en la MSC que Irán ha realizado en los últimos meses "movimientos positivos y esperanzadores", aunque exigió "acceso a las instalaciones no declaradas" y reconoció que "queda mucho por hacer".

El ministro sueco de Exteriores, Carl Bildt, se mostró "optimista" por esta "nueva oportunidad" y consideró esencial "superar las desconfianzas" mutuas para poder alcanzar un acuerdo. "No sé lo que va a suceder, pero sería criminal no intentar lograr un éxito", aseguró.