damasco. El 18 de marzo de 2011 se registró en la provincia sureña de Deera la primera víctima del conflicto sirio. Desde entonces, han muerto al menos 115.206 personas, de los que una tercera parte son civiles, según denunció ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización no gubernamental (ONG), con sede en Londres y que cuenta con una amplia red de activistas sobre el terreno. La organización publicó ayer un exhaustivo estudio de las víctimas del conflicto armado, entre las que habría 41.533 civiles. Entre ellas, 6.087 fueron menores y 4.709, mujeres. Respecto al campo de batalla, el observatorio cuenta en el bando de los opositores al régimen 21.531 rebeldes muertos, tanto sirios como extranjeros, así como 2.176 soldados desertores. En las filas castrenses, 28.804 miembros de las fuerzas de seguridad sirias han perdido la vida en el conflicto, según la ONG. A ellos se suman 18.228 milicianos y confidentes partidarios del presidente Bachar al Asad y 174 combatientes del grupo chií libanés Hizbulá, aliado del Gobierno de Damasco. El Observatorio agregó que hay un total de 2.760 muertos de identidad desconocida.
detenidos El grupo no descarta, sin embargo, que el número de víctimas sea superior, porque no incluye a los más de 10.000 detenidos en paradero desconocido por los efectivos del régimen y los 3.000 miembros de las fuerzas pro Al Asad retenidos por los rebeldes. La cifra de esta ONG matiza los últimos datos de la ONU, difundidos a finales de julio, que cifraban en más de 100.000 personas las que han muerto en Siria desde el comienzo del conflicto. Respecto a los refugiados, las últimas cifras hablan de más de dos millones de desplazados a otros países por culpa del conflicto. Un éxodo que ha desbordado los campos instalados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), así como a los principales países receptores: Líbano, Jordania, Irak y Turquía.
La información se conocía en el mismo día en que el régimen de Bachar al Asad comenzaba el proceso que concluirá con la destrucción de todo su arsenal químico, al recibir a la misión de expertos de la ONU que, en una primera fase, deberá verificar la información proporcionada por el régimen sirio. La veintena de inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) da así los primeros pasos para destruir el arsenal químico del régimen, que se adherirá al pacto contra las armas químicas el 14 de octubre.
La Convención para la Destrucción de Armas Químicas establece que sus Estados parte son responsables de la seguridad de los investigadores de la OPAQ, como también de los costes de la destrucción del armamento. En la primera parte del plan, los expertos se centrarán en verificar la dimensión del arsenal. La fase de verificación, explicaron fuentes de la OPAQ, implica tanto conversaciones a alto nivel político como la visita a las instalaciones y el apoyo técnico a Siria en la elaboración de informes. De acuerdo con los plazos acordados, la destrucción de las instalaciones tendrá que estar finalizada para el comienzo de noviembre.