jinan. El exdirigente chino Bo Xilai admitió ayer haber "cometido errores", pero rechazó los cargos de malversación y abuso de poder que se le imputan, en el tercer día del juicio que se le sigue y que tuvo su punto álgido en un careo entre el antiguo líder y quien fuera su mano derecha, Wang Lijun. Bo pareció rebajar un tanto la combatividad mostrada en los dos primeros días del proceso, cuando rebatió tajantemente el resto de los cargos que se le imputan, en torno a la aceptación de sobornos. Así, admitió "graves errores de juicio" en el manejo del escándalo a raíz del asesinato del empresario británico Neil Heywood.

También aceptó "cierta responsabilidad" al examinar el cargo de malversación de cinco millones de yuanes (800.000 dólares) de fondos públicos. Aunque según su versión fue su esposa Gu Kailai quien se apropió de este dinero, él admitió que debía haber hecho más para devolver los fondos. "Me siento avergonzado", señaló, en una declaración en la que también reconoció haber mantenido relaciones extramatrimoniales que motivaron que su esposa se trasladara con su hijo al Reino Unido durante varios años.