EL Kurdistán iraquí recibió en apenas una semana -desde el pasado viernes- a más de 40.000 personas procedentes de Siria, el mayor éxodo registrado desde que comenzó el conflicto armado hace casi dos años y medio. La gran mayoría de ellos son kurdos de la zona norte de Siria que huyen de los enfrentamientos, pero también de la situación económica. "Muchas familias no tienen para alimentar a sus hijos y los estudiantes no pueden seguir sus estudios; por la falta de trabajo muchos deciden emigrar en busca de una vida mejor", explica Zinar Ala, kurdo procedente de Alepo que actualmente reside en Ciudad Real.

El flujo masivo hacia el Kudistán iraquí comenzó hace una semana, el jueves, cuando las autoridades de la región autónoma abrieron el puente de Peshkhabour, sobre el río Tigris, uno de los pasos entre Siria e Irak que había permanecido cerrado desde el pasado mayo. Tras la reapertura del puente, miles de personas que se encontraban en el lado sirio cruzaron a la parte iraquí hasta el domingo, cuando fue nuevamente cerrado. Desde ese día los refugiados comenzaron a cruzar por otro paso fronterizo. Ante esta situación, el Gobierno del Kurdistán iraquí ha fijado un tope: solo permitirá entrar a 3.000 personas al día.

"Algunos de los refugiados nos contaron que habían huido de un bombardeo aéreo. Otros nos dijeron que escapaban de las luchas y tensiones entre las distintas facciones del conflicto o debido al colapso de la economía por la guerra", explica Dan McNorton, portavoz de Acnur, según recoge la agencia Efe.

En los últimos meses, decenas de civiles kurdos han muerto en el marco del conflicto sirio. "Hay guerra, saqueos y problemas. No encontrábamos un mendrugo, así que hemos venido aquí con nuestros hijos", declaró, por su parte, Abdulkarim Brendar a la agencia Afp. "Nos hemos ido porque había guerra, decapitaciones y asesinatos, y además no hay trabajo. La situación económica se ha deteriorado y todo se ha vuelto muy caro", narró Fadhel Abdullah, otro refugiado.

Autonomía Desde hace un año, los kurdos del norte de Siria administran de forma autónoma varias localidades de mayoría kurda, principalmente en las provincias de Alepo y Hasaka. Los kurdos son la minoría más importante de Siria, sin embargo, durante el régimen de los Al Asad no se les ha permitido usar su idioma en público ni han gozado de los mismos derechos que los ciudadanos árabes. Ahora, en sus zonas de dominio, se han abierto escuelas con enseñanza en kurdo y centros culturales. La administración, mientras, está a cargo del Consejo Supremo Kurdo, constituido gracias a un acuerdo de colaboración, a pesar de sus diferencias y discrepancias, entre el Partido de la Unión Democrática (PYD), formación mayoritaria en la zona ligada al Partido de los Trabajadores de Turquía (PKK), y el Consejo Nacional Kurdo (KNC), más cercano al presidente del Kurdistán iraquí, Masud Bazani.

Además de con el Consejo, compuesto por 16 partidos políticos, cuentan también con el Parlamento popular de Kurdistán Occidental, cuyos representantes fueron elegidos mediante elecciones.

El conflicto sirio La seguridad, mientras, corre a cargo de las Unidades de Defensa Popular (YPG), brazo armado del PYD. En el actual conflicto sirio, los kurdos han tratado de permanecer al margen, no se posicionan a favor de ninguna de las partes, ni del régimen de Bashar al Asad ni de la oposición armada, de la que forman parte grupos afines a Al Qaeda. Sin embargo, los combates entre el YPG y los yihadistas de Al Nusra se han recrudecido después de que la milicia kurda expulsara a los radicales islamistas de la ciudad de Ras al Ain (en Hasaka), en la frontera con Turquía. "Los kurdos están defendiendo Ras Ain, pero los extremistas entran por Turquía y la provincia de Raqqa, que está bajo su dominio. Quieren hacerse con los puntos fronterizos", explica Zinar.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los combates en Ras al Ain son parte de una ofensiva más amplia lanzada por el Frente Al Nusra en las zonas de mayoría kurda. Ante esta situación, Barzani se ha mostrado dispuesto a intervenir en el conflicto. "Si esta información fuera cierta, de que ciudadanos kurdos inocentes, mujeres y niños, estuviesen amenazados de muerte y de terrorismo, la región del Kurdistán iraquí pondría en marcha todas sus capacidades para defender a los inocentes", clamó Barzani. "En el Kudistán iraquí hay miles de soldados y oficiales que desertaron del Ejército sirio hace dos años. Allí han sido formados para intervenir. Hasta ahora, el YPG no les ha dejado pasar al lado sirio, pero si las cosas se ponen mal, igual el presidente ordena vayan a defender a los kurdos de Siria", valora Zinar.