washington. Estados Unidos ha reclutados desde 2010 un ejército de 10.000 hackers que trabajan para el Pentágono por unos 100.000 dólares al año. Y es que Washington hace tiempo que se ha tomado muy en serio la ciberguerra. En el informe que estos hackers al servicio del Tio Sam han elaborado este año alertan de la cibercapacidades militares del Ejército chino que pusieron a prueba el pasado año tanto a empresas privadas de tecnología como a servidores de la Defensa nacional de Estados Unidos. Ya en 2003 China recibía la primera de las acusaciones de una agresión informática, lo efectuaba Taiwan. El Gobierno de Taipei señalaba a Pekín como el autor del ataque a sistemas de hospitales, la paralización de la Bolsa e incluso señalaba que se habían atacado los sistemas de tráfico originando un auténtico caos en el país. Otro caso digno de ser destacado fue el ataque al sistema canadiense de contraseñas del Ministerio de Finanzas cuyo origen las autoridades de Ottawa localizaron en servidores chinos.

El pasado mes de marzo, los principales bancos surcoreanos así como varios medios de comunicación recibieron un ataque que les mantuvo paralizados. Aunque Seúl acusó con rotundidad a Pyongyang del hecho, lo cierto es que la agresión se produjo a través de una IP china. Y aunque esa dirección no puede utilizarse para saber el origen concreto, es indudable que China aparece con demasiada frecuencia en este tipo de ciberataques contra terceros países.

el que esté libre de culpa... Pero el Pentágono tampoco está a salvo de las acusaciones. En 2010 un troyano llamado Stuxnet entró en los sistemas de control de una central nuclear iraní logrando detener el proceso de enriquecimiento de uranio. Teherán señaló inmediatamente a EE.UU. como la potencia agresora. Esa planta de enriquecimiento de uranio es un objetivo muy difícil de alcanzar por las armas convencionales debido a su situación -enterrada bajo toneladas de hormigón-. Una barrera fácil de atravesar para este pequeño virus envuelto en un puñado de bits.

Rusia tampoco se queda atrás colocando al ataque informático como una de las bases de su centro de operaciones de combate y está desarrollando escenarios de cómo librar una guerra de estas características, para la que también se están preparando.

Por último y aunque en un segundo plano, Israel es una auténtica potencia en sistemas de seguridad informática y hay quien apunta que no fue Washington quien realizó el ataque a la nuclear iraní. Para los israelíes es vital encontrar una alternativa al -para casi todos inviable- ataque convencional a las instalaciones iraníes y este nuevo camino está muy presente en los planes de Ministerio de Defensa de Israel.