Washington. El sospechoso de los atentados de Boston Dzhokhar Tsarnaev ha declarado que él y su hermano Tamerlan tenía planes para cometer un ataque con explosivos en Nueva York, según anunció ayer el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg. "La pasada noche, el FBI nos informó de que la ciudad de Nueva York era el siguiente objetivo de su lista. Tenían pensado conducir a Nueva York y detonar explosivos en Times Square", explicó Bloomberg en una conferencia de prensa. Además, ayer se conoció que no solo el FBI, sino que también la CIA tenía en la mira mucho antes de los ataques con bombas en el maratón de Boston al mayor de los hermanos. La CIA vigiló a Tamerlan en 2011 a petición de las autoridades rusas, ya que Moscú temía que se tratara de un islamista cada vez más radical. Pero también la agencia de inteligencia llegó a la conclusión, como el FBI, de que el fallecido Tsarnaev no tenía relación con grupos terroristas.

Según el diario The Washington Post, la CIA solicitó que el nombre de Tamerlan fuese colocado en una de varias listas de vigilancia que mantiene el Gobierno federal, después de que la agencia de espionaje fuera contactada por las autoridades rusas en otoño de 2011. Esta revelación sugiere, según el diario, que el Gobierno de Estados Unidos podía haber tenido más razones de las que se sabía para vigilar los movimientos de Tamerlan meses antes del atentado en la línea de meta del maratón en Boston.

Las autoridades rusas habían expresado preocupación por la presunta radicalización de Tamerlan y que éste podía estar planeando viajar al exterior. La lista en cuestión proviene de una base datos conocida como TIDE, a cargo del Centro Nacional Antiterrorista. Esa base de datos "alimenta" varias listas de vigilancia del Gobierno, incluyendo una elaborada por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y otra de la Administración de Seguridad en el Transporte que prohíbe el acceso de sospechosos a los vuelos. Según el diario, el nombre de Tamerlan Tsarnaev fue incluido en la base de datos "pero no está claro qué agencia lo añadió". La CIA había hecho la solicitud varios meses después de que el FBI cerrara una investigación preliminar sobre Tamerlan, tras ser contactado por la policía federal de Rusia, según fuentes oficiales que pidieron el anonimato. El contacto con el FBI en 2011 reflejó los temores del Gobierno ruso de que Tamerlan representaba "una amenaza para Rusia" y que éste cometería un acto terrorista en ese país y no en Estados Unidos. En declaraciones al diario, un portavoz del FBI, Paul Bresson, explicó: "Había una preocupación de que él (Tamerlan) podría tener algún vínculo con el terrorismo... hicimos todo lo que legalmente podíamos hacer con la poca información que teníamos". "Después de hacerlo (investigar), no encontramos información negativa", indicó Bresson.

declaraciones de Putin El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se pronunció ayer a favor de una "colaboración" con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo. "Si unimos nuestras fuerzas, no permitiremos este tipo de atentados y no sufriremos más este tipo de pérdidas", subrayó. En tanto, en la televisión estatal, Putin manifestó que Rusia no debería ser culpado por el atentado en el maratón de Boston, porque el propio país también sufre el terrorismo internacional. En sus primeras declaraciones públicas sobre el atentado, el mandatario dijo que los orígenes chechenos de los sospechosos no hacen más que confirmar la firme posición de Moscú contra los insurgentes islamistas en el norte del Cáucaso. "Siempre dijimos que no eran insurgentes, sino terroristas", afirmó Putin. La familia de los presuntos autores del atentado, los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, es originaria de Chechenia, pero los jóvenes vivían en Estados Unidos desde una década.

Putin acusó además a Occidente de haber ofrecido apoyo indirecto "de información, financiero y político" a actividades extremistas en el territorio ruso. El mandatario subrayó que los atentados terroristas como el de Boston no deberían vincularse con "los problemas nacionalistas o con la religión" en Rusia. "Lo hemos dicho un millar de veces. El problema reside en el espíritu extremista de esta gente", argumentó.