jerusalén. Israel frenó ayer sus planes de una ofensiva terrestre sobre la franja de Gaza para dar más tiempo a la mediación egipcia. Las negociaciones para un alto el fuego entre las milicias palestinas -Hamás y la Yihad Islámica- e Israel están lideradas por el jefe de la inteligencia egipcia, el general Raafat Shehata, y tienen lugar en El Cairo. El líder del brazo político de Hamás, Jaled Meshal, y el de la Yihad Islámica, Ramadán Abdalá Shalah, se reunieron la mañana de ayer con Shehata para estudiar la propuesta de alto el fuego diseñada por Israel, que contempla un acuerdo en dos fases. Una primera recoge un alto el fuego de ambas partes y en una segunda, se iniciaría el diálogo para estudiar el levantamiento del embargo sobre la franja palestina.

Tras la reunión, ambas facciones palestinas anunciaron un acuerdo de alto el fuego que debía entrar en vigor la medianoche de ayer. Sin embargo, Israel minimizó el anuncio y señaló que las negociaciones continuaban su curso. Los representantes israelíes ante estos contactos viajaron también a El Cairo para dar una respuesta sobre las demandas de Hamás. Fuentes egipcias señalaron que ambas partes estaban muy cerca del acuerdo, pero que se necesitaba un poco más de flexibilidad por parte de Israel. Horas después, Hamás confirmó que Tel Aviv aún no había respondido a su propuesta. "Debemos esperar hasta mañana (por hoy)", reconoció Izzat al Rishq, miembro de la delegación del grupo islamista palestino.

En una rueda de prensa celebrada en Jerusalén con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el presidente israelí, Simón Peres, calificó de "agradable sorpresa" el papel desempeñado por Egipto para detener la escalada de violencia. Peres alabó el "esfuerzo constructivo" desempeñado por el país vecino y por el presidente Mohamed Mursi, en contraste con el de Irán, que "está empujando en la otra dirección". El día anterior, Peres había acusado a Teherán de alentar a los palestinos a continuar sus ataques con cohetes. También Ban tuvo palabras positivas para Egipto, que describió como "líder en la región".

La presión internacional parece que está dando sus frutos y la posibilidad de la tregua podría imponerse sobre la guerra. El ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, y una delegación de la Liga Árabe se desplazaron a Gaza y el secretario general de la ONU estuvo en Israel, a lo que se sumaría horas después la llegada de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, que tenía previsto reunirse anoche con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y hoy con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas.

Jornada violenta Y mientras los esfuerzos diplomáticos para frenar la violencia aumentaban, en el terreno, la situación seguía siendo dramática. En el lado israelí, un civil y un soldado fallecieron a causa de los cohetes disparados desde la franja palestina, lo que eleva a cinco los israelíes muertos desde el inicio de la ofensiva Pilar Defensivo hace una semana. El Ministerio de Defensa confirmó la muerte de un hombre que trabajaba para el Ejército, un beduino de 33 años, que falleció en el desierto del Neguev por el impacto de un cohete. Poco antes había informado del fallecimiento de un soldado de 18 años por un ataque de mortero en Eshkol (sur de Israel).

Las Brigadas de Ezedin Al Kassem, brazo armado de Hamás, asumieron la autoría del disparo de un misil Fajr contra la ciudad israelí de Bersheva, a 40 km de la franja mediterránea, y de otro contra Jerusalén, que cayó fuera de la ciudad. En la ciudad santa sonaron las sirenas antiaéreas por segunda vez desde el inicio de las hostilidades.

Mientras, en el lado palestino, los bombardeos israelíes elevaron ayer la cifra de muertos en Gaza a 127, más de la mitad de ellos civiles, mientras que los heridos superan los 900. Entre las víctimas mortales de la jornada figuran dos camarógrafos de la televisión vía satélite del movimiento islamista Hamás, Al Aqsa. La cadena informó de la muerte de sus operadores de cámara por un misil de avión no tripulado contra el coche en el que circulaban por la calle Al Shifa, en el campo de refugiados de Shati. Los dos se encontraban en un vehículo de color negro marcado con las letras TV en rosa y que acabó en llamas por el ataque israelí. Además, seis palestinos fueron asesinados por las milicias de Hamás, acusados de colaborar con Israel.