Washington. Tal y como estaba previsto antes de su dimisión hace una semana, el general retirado y exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), David Petraeus, testificó ayer en el Congreso para informar sobre el ataque al consulado de Estados Unidos en Bengasi, que tuvo lugar el 11 de septiembre y en el que murió el embajador estadounidense en Libia, Chris Stevens. Petraeus señaló ayer ante los legisladores que desde el principio la CIA creyó que el ataque en el que murieron otros tres funcionarios era una acción terrorista.
"Nos ha dicho que fue un ataque terrorista y había terroristas implicados desde el principio", explicó a la prensa el congresista republicano Peter King, tras una audiencia a puerta cerrada que comenzó con una declaración de 20 minutos de Petraeus y fue seguida de 70 minutos de preguntas. No obstante, el exdirector de la CIA indicó que las referencias al ataque terrorista fueron eliminadas de las pautas de comunicación que se entregaron al Gobierno, que en un principio atribuyó la agresión a una violenta reacción espontánea de grupos de manifestantes ante la difusión de un vídeo que ridiculizaba al Islam, como sucedió en otros países musulmanes.
En su primera comparecencia ante el Congreso, después de su dimisión tras reconocer una relación extramatrimonial, Petraeus se mostró "muy profesional" y con "gran conocimiento" del asunto, señaló el congresista. En cuanto a si salió el tema del romance, King manifestó que solo se le preguntó al principio si creía que podría tener algún impacto en su declaración, a lo que Petraeus contestó que no. King indicó que el testimonio del general retirado difiere del que dieron miembros de la Administración el pasado 14 de septiembre.
Señaló así que el Congreso quiere escuchar el testimonio de funcionarios del Departamento de Estado y de Defensa, así como de la Casa Blanca "para saber si alguien en la Casa Blanca cambió las pautas de comunicación" -está prevista la comparecencia de la secretaria de Estado Hillary Clinton para diciembre-. King aseguró también que no recuerda que Petraeus fuera tan enfático sobre que se había tratado de un ataque terrorista cuando informó al comité de la Cámara el pasado 14 de septiembre.
Cinco días El congresista agregó que no está claro cómo siguieron utilizándose las primeras pautas hasta cinco días después del asalto, cuando la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, en una ronda de entrevistas en televisión, mantuvo que fue un ataque espontáneo. Tras atribuir en un principio lo ocurrido a las protestas contra el vídeo, el Gobierno cambió después de hipótesis y defendió que se trató de un acto terrorista perpetrado por grupos afines a Al Qaeda.
El ataque al consulado en Bengasi todavía está bajo investigación y los republicanos han sido muy críticos con la gestión del asunto por parte del Gobierno del presidente Barack Obama. Petraeus, que entró en el Congreso por una puerta lateral para evitar a la prensa, declaró ante el Comité de Inteligencia del Senado a puerta cerrada.
El senador John McCain indicó al canal NBC que una pregunta vital para Petraeus es "¿Por qué no estábamos preparados para este ataque, si tenían amplias evidencias -tras los ataque en abril y junio al consulado- de que podría ocurrir un ataque?".
Investigación de la CIa La CIA anunció la noche del jueves la apertura de una investigación sobre el caso de la relación extramatrimonial de Petraeus y el posible hecho de que se haya puesto en peligro información reservada. El portavoz de la agencia de inteligencia estadounidense, Preston Golson, indicó en un comunicado que la investigación en marcha es de carácter "exploratorio" y no "presupone ningún resultado particular". "En la CIA estamos constantemente revisando nuestro actuación. Si hay lecciones que podamos sacar de este caso, las usaremos para mejorar", agregó Golson.
Hasta el momento, la CIA no había estudiado formalmente el caso, y ha sido el FBI el responsable de la investigación que ha conducido a la dimisión de Petraeus. Algunos expertos han señalado que es probable que el examen de la Agencia Central de Inteligencia trate de verificar si realmente, como ha señalado el FBI, Petraeus no puso en peligro información clasificada.
El detonante fueron los correos electrónicos amenazadores que la examante y biógrafa de Petraeus, Paula Broadwell, envió a Jill Kelley, una mujer de Tampa y amiga de la familia del exdirector de la CIA, para que se mantuviera alejada del exgeneral. Por ahora, se desconoce si el inspector general de la agencia entrevistará al propio Petraeus.
El caso adquirió un giro inesperado cuando el Pentágono anunció asimismo una investigación separada sobre el general John Allen, jefe de la fuerza internacional en Afganistán, por supuestas comunicaciones inapropiadas también vía correo electrónico con Kelley. En total, los correos intercambiados alcanzarían las 30.000 páginas. Todo un escándalo personal y profesional que ha puesto contra las cuerdas a Petraeus y la información reservada de la CIA.