bogotá. Los indignados colombianos tomaron ayer las calles de las principales ciudades del país para expresar su descontento por la situación social que vive el país, en una jornada que denominaron Día de la Dignidad. En Bogotá un total de 71 manifestantes fueron detenidos por participar en desórdenes públicos mientras una persona fue denunciada y deberá responder penalmente por golpear a un oficial de la Policía. El secretario de Gobierno de la ciudad, Guillermo Asprilla, reveló a periodistas que otras ocho personas resultaron heridas, aunque levemente.

Asimismo, se registraron daños materiales contra varios comercios, atacados con piedras y palos en el centro de la capital colombiana así como destrozos en una estación de autobuses articulados. El ministro del Interior, Fernando Carrillo, por su parte, rechazó y lamentó que algunas personas hayan querido aprovechar las marchas legítimas de las organizaciones sociales para protagonizar actos de violencia. "Lo que el Gobierno quiere reiterar hoy y siempre es la garantía del ejercicio del derecho a la libertad de expresión, el derecho a marchar, lo único que lamentamos es que se hayan presentado hechos violentos aislados", dijo Carrillo.