bagdad. El Estado Islámico de Irak, un conglomerado de grupos terroristas liderado por Al Qaeda, asumió ayer la autoría de la ola de atentados que causó ayer, domingo, la muerte de más de 90 personas y heridas a 400 en varios puntos de Irak. En un comunicado difundido en una página utilizada habitualmente por los islamistas, Al Qaeda aseguró que los ataques son en venganza por la muerte de "almas puras" y las torturas a presos suníes en las cárceles iraquíes. "En represalia por las campañas de tortura a las que se enfrentan los rehenes suníes en las cárceles iraquíes, en venganza por las almas puras que murieron a manos de los paganos, y para impedirles cometer más crímenes, las fuerzas del Estado islámico llevaron a cabo una nueva ola de ataques", explicó el grupo. Según la nota, los ataques tuvieron como objetivo "los puntos clave de la seguridad y de las milicias y de los seguidores del gobierno criminal", como se refieren al Ejecutivo del chií Nuri al Maliki.

El Estado Islámico de Irak amenazó con nuevos ataques y dijo que esta ola de atentados es "un mensaje urgente al que le que van a seguir muchos más". Los atentados, perpetrados con coches bomba y artefactos explosivos, afectaron a la mayoría de las provincias iraquíes, en especial a las ciudades de Al Emara (sur), Kirkuk (norte) y Bagdad.

Por su parte, el vicepresidente iraquí, Tarik al Hashimi, consideró ayer "ilegítima" y "políticamente motivada" su condena a muerte por terrorismo anunciada el domingo en Bagdad, según dijo ayer en Ankara. "El caso entero es político, no criminal", dijo al tiempo que señaló que no reconoce al poder judicial "injusto y políticamente motivado".

Al Hashimi permanecerá en Turquía, aunque no quiere que ese país pague las consecuencias, señaló. El político suní, que forma parte de un partido islámico, fue condenado a muerte, acusado de participar en asesinatos políticos de funcionarios de la seguridad y de un juez.