Hacía ya tiempo que David Cameron veía los nubarrones cernirse sobre su cabeza. En el seno del Partido Conservador, las aguas se revolvían para un primer ministro que perdía apoyos en el ala más dura. Ante esto, la solución de Cameron fue directa: la mayor renovación de su gobierno desde que se formó en 2010 supuso un giro a la derecha más tradicional. A pesar de que el primer ministro británico acordó las renovaciones con su adjunto, el liberaldemócrata Nick Clegg, es difícil que la formación liberal esté contenta con los cambios. Es cierto que los liberales mantienen el mismo número de carteras, e incluso aumentan sus cargos menores en el Gabinete, pero los puestos tories están ahora ocupados por políticos de perfil más conservador. Y es que el primer ministro se estaba quedando solo. Su intento de reformar la Cámara de los Lores y su propuesta para legalizar el matrimonio homosexual le habían granjeado enemistades en el ala más derechista de su partido. Con el nuevo gabinete, Cameron pretende recuperar la unidad tory, y asegurarse la reelección como candidato, de cara a las próximas elecciones generales de 2015.

Entre los cambios más relevantes, se encuentra el de Jeremy Hunt, ex-secretario de Cultura, y que ahora ocupa la cartera de Sanidad. Se trata, sin duda, de un premio por su gestión de los Juegos Olímpicos que, sin embargo, llama la atención habida cuenta de su relación con los planes de adquisición del grupo de televisión BSkyB por parte del magnate mediático Rupert Murdoch. Precisamente, los liberales retiraron su apoyo a Hunt de forma pública en el Parlamento británico.

Por su parte, otro caso llamativo es el ascenso de Owen Paterson como secretario de Medioambiente en un claro guiño al ala más conservadora del Partido Tory. Paterson es un ferviente defensor de la caza del zorro, un deporte tradicional inglés, que ha sido criticado por los defensores de los animales. También se destituyó al ministro de Justicia, Ken Clarke, de corte más liberal. Eso sí, Cameron mantuvo los pilares del gobierno conservador manteniendo en sus puestos al titular de Economía, George Osborne, al ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, y a la responsable de Interior, Theresa May.

polémica con heathrow Sin embargo, algunas de las modificaciones en el gabinete trajeron consigo la crítica de los propios conservadores. Más concretamente, la destitución de la, hasta ahora, secretaria de Transportes, Justine Greeming, muy crítica con la creación de una tercera pista de aterrizaje en el aeropuerto londinense de Heathrow. Nada más conocerse este cambio, el alcalde tory de Londres, Boris Johnson, salió a la palestra para criticar al gobierno asegurando que "es una locura construir otra pista en medio de la ciudad". Johnson recordó que "casi un tercio de las víctimas de la contaminación acústica producida por los aviones en Europa viven en el vecindario de Heathrow". Johnson también ha acusado a su propia formación de dar la espalda al programa electoral con el que ganaron las últimas elecciones. Y es que, tanto conservadores como liberaldemócratas se mostraron en contra de una tercera pista de aterrizaje en el aeropuerto londinense. A este respecto, el primer edil señaló que "hay que analizar todas las opciones y preguntar su opinión a los ciudadanos".

Mientras desde el partido laborista, Michael Dugher, denunció especialmente que se mantuviera en su puesto a George Osborne. Dugher mostró su sorpresa ante la ratificación de "un político que propuso un plan económico que ha acabado en recesión y que es responsable de recortar las tasas a los más ricos". El laborista criticó los cambios y aseguró que el nuevo gobierno "sigue desconectado de la realidad y defiende a las personas equivocadas".